Faura experimentará este fin de semana la primera restricción como consecuencia de la Covid-19, en clave navideña. La pandemia ha llevado a anular la tradicional Fira, si bien el ayuntamiento ha instado a sus vecinos a llevar la celebración a sus balcones y ventanas. «Vamos a vestir nuestro municipio de Fira; saquemos nuestras banderolas de festes-Fira; una campaña que impulsamos para tener presente las fiestas de agosto y ahora retomamos en uno de los días más señalados del calendario faurer» según recoge el bando municipal.

El primer fin de semana de diciembre definía hasta ahora el inicio de la Navidad en les Valls. «Viu la Fira» era el lema que miles de personas percibían al aproximarse a Faura. Una puerta abierta a las celebraciones navideñas de un municipio que reunía a sus familias entorno a una vivencia previa a los festejos tradicionales de la natividad.

El Belén del Llavaner junto al impulso de numerosas iniciativas municipales diversificadas en los últimos años entorno a la historia y la cultura local se han vivido en el marco de Fira de Faura. Sin embargo este año los festejos quedan en suspenso como consecuencia de la pandemia sanitaria. Si bien hasta el momento los vecinos de les Valls han recibido con tristeza pero con máximo respeto la anulación de las fiestas, la disrupción de la tradición navideña resulta compleja.

Llamamiento

Por ello, el alcalde de Faura, Toni Gaspar, ha querido hacer un llamamiento a sus vecinos, «debemos seguir siendo responsables, recordemos que son centenares los que faltan cada día e nuestro país como consecuencia de la pandemia; en nuestros municipios tenemos vecinos con nombre y apellido a quienes hemos tenido que decir adiós; por todo ello os invito a cuidar de nuestras vidas que es lo más preciado que tenemos, el resto ya vendrá» El mensaje del consistorio incide también en la necesidad de cuidar las celebraciones familiares, reuniones de asistencia limitada y un cuidado especial ante el posible contacto social que podría generar la celebración de un encuentro más descontrolado. El equipo de gobierno ha reiterado la necesidad de cumplir las exigencias sanitarias en una localidad que ya ha vivido de cerca las consecuencias de la pandemia.

Nacida como una concesión del rey Jaume I y enmarcada bajo la celebración de Santa Bárbara, la Fira se vivió en sus orígenes como una oportunidad para los vender y comprar productos de la tierra, todo tipo de herramientas y animales para su desarrollo.