La avalancha de visitas sin control al «Dragón de la Calderona» y los numerosos daños que ha sufrido en los últimos meses se han frenado al fin gracias a dos creativos italianos que ahora velan por este centro artístico impulsado en Gilet por la escultora Rhea Marmentini en lo que antaño era una cantera en el corazón de un parque natural; un lugar que se espera revitalizar, en coordinación con las administraciones públicas, si finalmente fructifican las conversaciones con los propietarios.

La fotógrafa Akuna y el cocinero Álex llevan varias semanas borrando el rastro de todos los actos vandálicos que ha sufrido el Dragón durante los últimos años aprovechando su falta de actividad como centro artístico, pues le han arrancado todo tipo de piezas de cerámica, han destrozado el taller de escultura, lanzando sillas y piezas al monte, además de romper numerosos azulejos antes bien apilados.

Esos daños se acrecentaron desde que, a través de varias publicaciones en internet y en redes sociales, se puso de moda como lugar para visitar y hacerse bonitas fotografía, por mucho que fuera una propiedad privada donde una puerta de hierro flanqueaba el paso a los visitantes.

Para recordar esto último, Akuna y Álex han restaurado la valla que rodea la propiedad y colocado carteles en distintos puntos. Sin embargo, esa limitación del paso ha pillado por sorpresa a los cerca de 500 visitantes que están llegando a ir los fines de semana, incluso para hacer un pic-nic en su tejado, como habían hecho en otras ocasiones. Al ver que ya no podían entrar a su antojo, no han faltado situaciones tensas, donde ha tenido que acudir la policía local. «Nos han llegado a confundir con okupas, cuando estamos aquí a instancias de los propietarios para recuperar el Dragón y reavivarlo como centro artístico, aunque esto lleva su tiempo», explicaba a Levante-EMV la fotógrafa Ilaria Panci, conocida como Akuna. «Nos hemos oído de todo, aunque poco a poco la gente parece que lo va entendiendo, a base de explicárselo, pero esto es un no parar», añadía Álex.

Con mascarilla y huerto. | LEVANTE-EMV

Esa avalancha de visitas sin control ya generó quejas vecinales e hizo tomar medidas a la policía, cortando el paso de coches en el último camino de acceso y advirtiendo en un cartel del riesgo a multas de 600 euros. Pero, aún así, la llegada de Akuna y Álex «ha sido definitiva para empezar a poner orden», como reconocían a este diario tanto Rhea Marmentini como Perico Sambeat, el reconocido saxofonista que, junto a la escultora, es copropietario del lugar y, como ella, busca un acuerdo definitivo con la administración para dar más vida al ‘Dragón’.

Metáfora para concienciar también sobre la Covid-19

«El Dragón tiene covid-19. Por favor, mantenga la distancia de seguridad». Así reza el cartel colocado en la verja de acceso, en una idea reforzada al poner una tela blanca en la boca, a modo de «mascarilla»; una metáfora con la que Akuna y Álex están consiguiendo que los visitantes respeten el lugar y recuerden que en el monte es recomendable usar mascarilla, «cuando estamos en caminos estrechos y muy transitados», decían tras mostrar el huerto ecológico que han hecho, además de llenar de plantas un gran espacio y retirar maleza. «Estamos muy agradecidos con vecinos y voluntarios. En especial, con Toni», decían resaltando que su labor es «cuidar y conservar» este lugar tan especial, así como su web oficial (www.dragondelacalderona.com) y sus redes sociales.