Las ganas de tener un Castillo digno y su compromiso inquebrantable han permitido ver cada día más cerca el objetivo que se marcó hace años la asociación de Voluntarios por el Patrimonio de Sagunt: Erradicar las chumberas que invadían muchas zonas del interior y el exterior del monumento por donde no se podía ni pasar.
Pese a la crisis del coronavirus, estos incansables saguntinos llevan semanas empleándose a fondo en la plaza de Almenara, la última zona visitable del Castillo donde tenían pendiente actuar. A base de acudir al alba los domingos, esta especie invasora apenas es visible pero, como queda abundante maleza, calculan que tendrán tarea para rato.
Aún así, calculan que antes del verano habrán terminado estas tareas que iniciaron hace unos 5 años, primero en el exterior del monumento y después, ya dentro, en sucesivas plazas: la del 2 de Mayo, por donde casi ni se podía pasar sin pincharse; la Ciudadela y finalmente de la plaza de Estudiantes, la zona más grande y que ha requerido tres largos años de intenso trabajo.
«Creemos que vamos a avanzar rápido porque en esta plaza la palera es mínima y es mayor el matorral», explicaba a Levante-EMV Ismael Rodrigo el presidente de una asociación que, al hacer balance de 2020, considera que el año ha sido especialmente duro y exigente ya no tanto por la pandemia como por otros motivos.
«Las duras exigencias administrativas que nos ha puesto la Conselleria de Cultura han estado a punto de desaparecer hacer esta asociación. No se comprende cómo a una asociación de voluntariado nos exigen como si fuéramos una empresa arqueológica», apuntaba Rodrigo ante un trato que ve «incomprensible» cuando «lo que estamos haciendo es ayudar». En este sentido, lamentaba que les haya requerido desde un continuo seguimiento arqueológico a la redacción de informes e incluso acciones para proteger los restos que dejaban al descubierto; todo ello «siendo que nuestra única finalidad es eliminar paleras y matorral en el castillo, tratando de lavar la cara a un yacimiento abandonado y adecuarlo mínimamente como merece estar», decía.
En la entidad tiene claro que el apoyo del ayuntamiento es el que les ha dado alas para seguir. Como apuntaba Rodrigo: «Gracias al respaldo del actual gobierno local y del anterior, hemos sobrevivido», decían destacando las gestiones que ha realizado el consistorio en la conselleria para que se les prorrogaran los permisos de actuación. «Eso ha sido determinante ya que siempre nos ha dado la impresión de que ‘somos una molestia’ tanto para la administración autonómica como la central», aseguraba.
Necesidades
Tras varios años dejándose la piel en el monumento, los Voluntarios tienen muy claro que el Castillo arrastra muchas necesidades. «Hay que revisar muy seriamente su recinto amurallado, poner en valor el Foro Romano, su gran cisterna, adecuarla y hacerla visitable, los baños romanos del foro y las cárceles, etc».
Este amplio listado permite deducir, a juicio de Rodrigo, «la falta de un compromiso serio y justo por parte del titular del yacimiento, de poner en valor de una vez por todas, el patrimonio histórico de Sagunt y concretamente a su buque insignia, el Castillo».
Aún así, desde la entidad recalcan que «siempre estaremos demandando una justicia que no llega». «La sociedad saguntina, de una vez por todas, debe salir de su aletargamiento y aunar esfuerzos y sinergias para sumar y tratar de evitar que el tiempo borre lo que todavía permanece en pie», apuntaba.
Junto a eso, ha querido agradecer a la empresa Saggas «su enorme sensibilidad, pues su mecenazgo nos ha permitido la adquisición de maquinaria imprescindible, así como poder contratar servicios de arqueología», decía tras dejar claro que ellos, todos los domingos a las 7:30 horas, seguirán yendo al Castilllo «mientras nos sigan autorizando». «Cualquier aportación humana es siempre bienvenida», añadía recordando el dicho «llegar, llegaremos pero juntos lo haremos más lejos».
Informes valorados en 600 € para poder seguir
«Lograr el permiso de la Conselleria de Cultura para que pudiéramos seguir quitando gratis chumberas y maleza del Castillo de Sagunt fue de todo menos fácil y rápido». Así se expresba el presidente de la asociaicón de Voluntarios por el patrimonio de Sagunt, Ismael Rodrigo, al recordar todas las exigencias que les impuso la conselleria «siendo una entidad sin ánimo de lucro» y los tres meses que tuvieron que esperar a su visto bueno. Y es que, como requisito para poder continuar, les exigieron informes valorados en 600 euros pues tuvieron que aportar planimetrías de las zonas trabajadas, georeferenciar el terreno, así como cubrir con geotextil los restos sacados a la luz.
