Locales sin margen para reinventarse en este momento

Un trabajador de un bar del Port de Sagunt, repartiendo ayer comida para llevar.  | DANIEL TORTAJADA

Un trabajador de un bar del Port de Sagunt, repartiendo ayer comida para llevar. | DANIEL TORTAJADA / mónica arribas. sagunt

mónica arribas. sagunt

Las restricciones de la tercera ola del coronavirus han llevado a muchos bares y restaurantes de Sagunt a una contención de gastos total. Además, la incertidumbre sobre cuándo se podrá volver a «la antigua normalidad» ha llevado a muchos a replantearse su modelo de negocio. Algunos lo han hecho con la persiana subida, centrándose en la comida para llevar que antes no habían explorado. Otros, sin embargo han optado por cerrar temporalmente pues aseguran que, no hay tanta demanda, ni a todos les es rentable abrir para dar ese servicio «pues dependiendo del tipo de negocio y su estructura de costes, eso realmente sale más caro que cerrar», como resumía uno de los afectados Jesús Soriano.

Este hostelero tiene claro que el sector está en un momento de reconversión, lleno de incógnitas e incertidumbres. «Los hosteleros nos hemos visto obligados a reducir gastos a lo mínimo y a aguantar. Yo creo que todo esto nos está obligando a aprender a vivir de otra manera. Igual ya no volvemos a trabajar con el volumen que lo hacíamos antes porque esto ya no es factible y tenemos que olvidarnos de dar de comer a 100 personas, porque nos toca reducir el aforo a 20 ó 30, atender solo con reserva y una carta reducida», decía. «Por lo que dicen los expertos, es probable que tengamos que seguir llevando mucho tiempo mascarilla y mantener las distancias entre mesas», contaba preocupado mientras su persiana sigue bajada.

En otros bares de Sagunt afirman, no obstante, que la comida para llevar les ha permitido mantener a su clientela fija. «Les atendemos de otra manera, pero no nos han fallado. Estamos muy agradecidos», decían desde un local que lleva años sirviendo comidas, pero que ahora se arregla con menos personal.

Otros, sin embargo, sí han visto caer su trabajo hasta límites insospechados «pues antes venía gente mayor que ahora por miedo no sale de casa», contaban en un restaurante del Port donde apenas trabajan 2 empleados y la dueña mientras otros 7 trabajadores están de ERTE desde el pasado día 21 de enero, con la perspectiva de que aún no cobrar por sa vía hasta el 15 de marzo. «Esperemos que todo pase y volvamos a recuperar la clientela poco a poco porque por lo general teníamos entre semana a unas 30 personas comiendo y ahora para llevar apenas vendemos 10 ó 12 menús», decían este ese bar que ahora sirve comidas y almuerzos por encargo.

Más concienciación

En cualquier caso, en el sector se admite que la gran esperanza es la vacuna y que este semiconfinamiento de principios de año funcione, se aligeren las Unidades de Cuidados Intensivos de los Hospitales y todo vuelva a coger ritmo. «Esperemos que esto pase pronto y nos empezamos a recuperar» decían en un bar del Port, mientras otros en Sagunt miraban a más largo plazo. «A ver si esto dura dos años pero luego remonta y en 2022 ya empezamos a trabajar bien porque 2020 fue malo, pero este año hemos empezado peor», apuntaba un hostelero.

Sin embargo, no falta quien piensa que entre la ciudadanía aún faltan hábitos de protección. «Mientras el virus no te toca de cerca, no le das importancia. Lees las cifras diarias de muertos y parece que estás inmunizado...¡No te imaginas la cantidad de veces que yo en mi bar he tenido que pedir a la gente que se ponga bien la mascarilla!. Y si la gente no asume que, con el coronavirus, hay que vivir de otra manera, costará más salir», apuntaba el dueño de un establecimiento que espera poder reabrir al fin en marzo.

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