La comisión especial de playas de Sagunt se reunió ayer para tratar el proyecto de Costas para la regeneración de las playas de Almardà, Corinto, Malvarrosa y Canet d’en Berenguer, un documento que contempla actuaciones valoradas en 18,4 millones de euros y que está en periodo de información pública.
Además de anunciar el encargo a Imedes de un estudio para «asegurarnos de que el proyecto de Costas es bueno para nuestras playas», el alcalde, Darío Moreno, destacó que «éste ha sido un gran paso adelante en positivo. Ahora queremos seguir en esas negociaciones para que haya actuaciones de emergencia, sobre todo para evitar el foso en la entrada al mar, y un seguimiento para potenciales efectos negativos en caso de que las obras de Almenara finalmente se lleven a cabo».
Precisamente sobre esta base, la ejecución de los espigones al sur de la provincia de Castelló, se desarrollan los planes de Costas para Sagunt, con la elección de una de las 10 alternativas que valora para solucionar los problemas de degradación del litoral de Almardà. Entre las ventajas que el organismo estatal destaca de su propuesta se encuentran que el trasvase de 1,1 millones de metros cúbicos de arena ensanchará las playas una media de 50 metros y el material que aportará esta operación compensará la pérdida de sedimentos estimada durante los siguientes 25 años.
La primera opción para la procedencia de esa arena es el banco submarino de Cullera, pero su declaración de impacto ambiental caducada (DIA) abre otras vías, entre la que Costas contempla conseguirla de canteras próximas o de arena frente a la playa de Canet. Si en el primer caso lo descarta por su coste superior a los 27 millones de euros, en el segundo, refleja su menor coste, pero considera que la afección ambiental, que reduciría su playa en 65 metros, su funcionalidad y su protección frente al cambio climático son inferiores a la alternativa de Cullera.
El presidente de la comisión de playas de Sagunt, Roberto Rovira, plantea sus dudas sobre la opción de traer la arena con una draga que debería hacer 120 viajes de 46,5 kilómetros para depositarla a través de una tubería de más de 4 kilómetros. Además, «con la DIA caducada se plantea la cuestión de los plazos». Pero el principal problema para el concejal de Playas es que «no se ejecuta de forma simultánea al proyecto de Almenara», que ya se encuentra en su última fase para la adjudicación de las obras.
En cualquier caso, Rovira, que coincide con el resto en la necesidad de contar con un estudio externo, también señala que «lo que me gusta es que no prevé construcciones rígidas con espigones a diestro y siniestro. La solución que propone es más natural e incluye algo que consideramos muy importante como es la generación y mantenimiento del cordón dunar, que es el que mejor impide los daños y la erosión como consecuencia de las inundaciones».
Durará «dos temporales»
Desde la asociación de vecinos de Almardà, su presidente, José Girona, y miembro de la comisión destaca que «el proyecto ofrece muchas dudas sobre lo que se quiere hacer y nosotros no somos técnicos, así que esperaremos al informe de Imedes». En cualquier caso, Girona apunta que «me parece de categoría que nos traigan arena, pero recuerdo lo que nos dijo en una reunión el subdirector general de la Costa y el Mar, que reconoció que el cambio climático provocará temporales más habituales y más virulentos. El material que llegue de Cullera- adelanta el representante vecinal- durará dos temporales, no 25 años como dicen».
