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Desigual reacción comercial

La ampliación del horario de cierre da oxígeno a los negocios, pero no de forma homogénea

Daniela, en la tienda Girasol, con una compradora. | TORTAJADA

La ampliación del horario de cierre de los comercios desde las 18 a las 20 horas ha supuesto un balón de oxígeno para muchos comercios de Sagunt, que lo ven como una vuelta paulatina a la normalidad aunque sin ocultar que el sector sigue ávido de clientes.

Aún así, ese regreso a los horarios anteriores a la tercera ola ha llegado mientras perviven las restricciones de la hostelería, lo que aún frena la afluencia de gente a estos negocios, como aseguran varios comerciantes consultados por Levante-EMV.

.No obstante, dependiendo de la ubicación de sus negocios y de otros factores, también hay posturas distintas sobre cómo han reaccionado los clientes a esta medida.

Laura Herráiz, propietaria de la corsetería Fémina de Sagunt, se muestra preocupada: «A mí personalmente me parece que la ampliación del horario no va a dar fruto». «Nos vemos limitados por el cierre de los bares a las 18 horas de la tarde y que la gente sigue con el chip del confinamiento».

Laura Herraiz, atendiendo en su corsetería de Sagunt. | TORTAJADA

Ana María Pérez, una de las socias de Calzados Anais del Port de Sagunt, era algo más positiva: «Hubo días en febrero que tuvimos que cerrar por las tardes porque no entraba nadie. Ahora se nota algo más de ambiente», dice desde su tienda de la avenida 9 d’ Octubre. En relación con la apertura de la hostelería, mantiene que sin ella «no tenemos nada que hacer».

Por su parte, Daniela, empleada de la tienda de ropa ‘Girasol’, situada también en esa zona del Port de Sagunt, declaraba: «La ampliación del horario se agradece, lo hemos notado un poco».

Ante la disyuntiva de la conciliación familiar, Laura Herráiz, admitía preferir el cierre a las 18 horas, ya que «el perfil de cliente que suele entrar a mi tienda son señoras de mediana edad que vienen por las mañanas cuando salen a hacer su compra diaria habitual», por lo que la anterior jornada laboral le permitía tener más tiempo para hacer otras tareas. Sin embargo, Daniela se alejaba de esta opinión: «Está muy bien salir a las 18 horas, pero cuando no tienes donde ir y si además piensas en los gastos mensuales, prefiero trabajar».

En cuanto a las ayudas, no se muestran muy optimistas. En el caso de calzados ‘Anais’, su socia Ana María afirma que no iban a solicitar este tipo de ayudas por el entramado burocrático. Laura, de la corsetería ‘Fémina’ también se mantenía firme: «Por lo que me han dicho, tengo que cumplir unos criterios que no veo claros. Yo si puedo resistir, resisto; si no, cierro»; decía pronunciando esa palabra que muchos tratan con esfuerzo de esquivar.

Ana María Pérez, en Calzados Anais, con una clienta. | TORTAJADA

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