La desigualdad efectiva entre hombres y mujeres en la sociedad española actual tiene su reflejo en el mundo laboral. Para las mujeres es más difícil acceder al mercado laboral, además del hecho de cobrar sistemáticamente menos que los hombres.

La brecha salarial entre hombres y mujeres es la diferencia existente entre los salarios percibidos por los trabajadores de ambos sexos, calculada sobre la base de la diferencia media entre los ingresos brutos por hora de todos los trabajadores, de modo que el impacto que la brecha salarial tiene sobre las mujeres es que conduce a las mujeres a obtener pensiones más bajas y a un mayor riesgo de pobreza en la tercera edad.

Por tanto, la brecha salarial constituye un problema en el que intervienen causas que suelen estar interrelacionadas. El hecho de que siga existiendo hoy en día se debe a desigualdades de género más amplias en los planos económico y social como: la discriminación en el lugar de trabajo, ya sea en distintos sectores y empleos; diferentes prácticas laborales y sistemas salariales; la infravaloración del trabajo y las capacidades de las mujeres; la escasa presencia de las mujeres en puestos directivo de alto nivel liderazgo, tradiciones y roles de género; y la conciliación de la vida laboral y familiar.

Por todo ello, en octubre de 2020 se aprobaron dos normas que pueden contribuir a eliminar la brecha salarial en las empresas. Además, permiten seguir avanzado en las políticas de igualdad en el ámbito laboral en el Real Decreto 901/2020, de 13 de octubre, por el que se regulan los planes de igualdad y su registro; y el Real Decreto 902/2020, de 13 de octubre, de igualdad retributiva entre mujeres y hombres. 

Aun así, CCOO sigue poniendo el punto de mira en la injusticia manifiesta de este asunto, que castiga económicamente a las mujeres por estar expuestas a las discriminaciones y barreras de género que persisten.

CCOO exige al gobierno empleo de calidad, salarios dignos, políticas de igualdad y medidas que impulsen con garantías la implantación de planes de igualdad en las empresas desde la negociación colectiva, porque para eliminar la brecha salarial, urge combatir las discriminaciones culturales, sociales y laborales que impiden la plena participación laboral de las mujeres, así como políticas de corresponsabilidad familiar y políticas de empleo que garanticen la extensión del empleo de calidad.