Los planes que explicó ayer la dirección de Pilkington en Sagunt al comité de empresa aventuraron un negro futuro para la factoría de Sagunt donde trabajan 400 personas en la fabricación de parabrisas y lunetas. Así lo explicaba Levante-EMV el presidente del comité de empresa, Rubén López, quien teme que «en cuestión de meses» se les plantee ya abiertamente primero el cierre de una de sus dos líneas y, poco después, el de la fábrica entera «porque una sin la otra no son viables, al menos en estas instalaciones, cuyo tamaño está diseñado para grandes producciones. No tendría sentido».

Aunque, según explicaban desde el comité, la dirección insistió ayer en que «no está tomada la decisión» de cerrar la línea de laminado donde se fabrican los parabrisas, sí dejó claro que había que empezar a negociar la salida de 37 personas a través de un plan de jubilación. Esto era diametralmente opuesto a las peticiones sindicales que se llevaban a la reunión, de que se inviertan unos 700.000 euros para mejorar la competitividad de la línea. De hecho, para los representantes de los trabajadores, «es una señal inequívoca de que la única inversión que se quiere realizar es la destinada a realizar despidos, pues el elevado coste que supondría el mismo no tendría sentido si hubiera garantías en la continuidad de las instalaciones», explicaban desde el comité. «En realidad, se van a gastar en despidos muchísimo más de lo que haría falta para mejorar la línea. Esto solo puede obedecer a que tienen programado el cierre», apuntaba López.

Otra pista que a su juicio apunta en esta dirección es que la empresa ha descartado recurrir al ERTE a partir de abril como hacía hasta ahora cuando había bajadas de demanda y, por tanto, se paraba la producción. «Es evidente que los ERTE conllevan el compromiso de no recurrir a despidos 6 meses después. Pero también nos preguntamos, ¿cuándo haya bajadas de producción, qué van a hacer?, ¿que vengamos y no hagamos nada? o ¿querrán que estemos produciendo para hacer stock y luego llevárselo a otra fábrica del grupo para cerrar ésta?», apuntaba López, admitiendo que hay «gran preocupación». Tras remarcar que este modo de actuar recuerda al de antes del cierre de Bosal Sagunt, el comité cree que «la dirección ha roto con ello su compromiso adquirido de apostar por el futuro de las Instalaciones y del mantenimiento del empleo y ha optado por abandonar la planta de Sagunto abocándola al cierre». Por ello, ha rechazado las pretensiones de la firma y va a proponer «acciones de lucha».