El Ayuntamiento de Sagunt aprobó ayer en pleno extraordinario el plan de igualdad laboral, un requisito al que la ley obliga desde hace 14 años y cuyo retraso ha supuesto la pérdida de algunas subvenciones. Pero más allá de estas cuestiones y según remarcó el alcalde y delegado de Igualdad, Darío Moreno, «era una deuda moral con el movimiento feminista y es un día muy positivo porque por fin cumplimos».

El socialista resumió durante su intervención las líneas maestras de este plan, que en una primera parte hace un diagnóstico sobre la situación que se vive en esta materia en el Ayuntamiento de Sagunt y posteriormente hace una serie de propuestas «ambiciosas, pero realistas» en el horizonte de los próximos cuatro años, según señaló el concejal de EU, Roberto Rovira.

El acuerdo no se adoptó por unanimidad debido al voto contrario de Vox, al que Moreno justificó porque «a un partido que niega la violencia machista, este plan de igualdad le viene grande». En cualquier caso, el alcalde lamentó la falta de consenso absoluto y señaló que este documento «es un punto de partida, no de destino».

Desde Compromís, Asun Moll reconoció que el plan debería haberse elaborado antes, pero prefirió centrarse en que por fin verá la luz «para alcanzar unos objetivos que son más necesarios que nunca para que la igualdad sea real», según apostilló la concejala de IP, Carolina Fuertes. Mientras, Salva Montesinos (Cs) destacó la unanimidad con la que se aprobó el plan en la comisión de negociación y celebró que se diera respuesta a esta «reivindicación histórica».

Desde el PP, la exconcejala de la Mujer, Davinia Bono, tomó la palabra para reivindicar el trabajo previo en este departamento y celebrar que por fin se aprobara «después de seis años de olvido y muchas subvenciones perdidas». La popular también desveló que la convocatoria de un pleno extraordinario para la aprobación de este plan de igualdad laboral respondió a que se acaban los plazos para una nueva convocatoria de ayudas.

Nota discordante

La nota discordante en la sesión la puso el edil de Vox, Alejandro Vila, que aprovechó todo su tiempo para señalar las «contradicciones» del documento, «que concluye que no se han encontrado desigualdades manifiestas y generalizadas». Así y según el concejal de Vox, todo este asunto se trata de «dictadura, manipulación y mentiras en estado puro, digno de los gobiernos socialcomunistas, pero esta vez, al igual que muchas otras, apoyados por partidos como IP, PP y Cs».

Al ser el primero en hablar tras el alcalde, Vila encontró réplica del resto de portavoces, entre quienes el más contundente fue Rovira, quien calificó el discurso de Vox como «vomitivo» y «sinvergüenza». El edil de EU lamentó «que se rompa el consenso que siempre ha existido en este ayuntamiento en un tema tan serio como la discriminación».