Unos 90 días. Ese es el tiempo que todavía tendrán que esperar en Gilet para disfrutar de su nueva Maladitxa, un campo de fútbol que se había quedado obsoleto después de que prácticamente no se hubiera invertido desde su construcción hace más de medio siglo, pero que en breve se acabará de convertir en un estadio «completo y con todos los servicios», según destaca el edil de Deportes, Carles Catalunya, después de una inyección municipal de más de 450.000 euros.
«Hemos trabajado mucho para tener unas instalaciones como se merece nuestro pueblo», apunta el socialista, quien explica que, a la conclusión de las obras, la nueva Maladitxa tendrá «cuatro nuevas unidades de vestuarios y dos más para árbitros, todas con aseos y duchas, dispuestas en un nuevo edificio detrás de los banquillos».
El césped artificial, la iluminación led para el ahorro de energía, la dotación del mobiliario deportivo, la renovación del muro perimetral, así como la construcción de una grada para cerca de un centenar de espectadores son otras mejoras destacadas en el campo de fútbol.
Planes municipales
Pero ahí no se quedan los planes del Ayuntamiento de Gilet, que desde el primer momento en que se decidió a acometer esta inversión lo hizo con el objetivo de impulsar una escuela de fútbol, con la colaboración del Atlético Gilet. Catalunya señala que «para nosotros es un paso enorme. Vamos a empezar poco a poco y ir de menos a más. Arrancamos en un año complicado, pero con una ilusión tremenda por ayudar a los niños y niñas de Gilet a desarrollarse y formarse, tanto personal como deportivamente, en este maravilloso deporte para lo que, hasta ahora, tenían que desplazarse a otras localidades».
