Más de siete meses después de la nueva adjudicación por 2,5 millones de euros para acabar el pabellón frente al cementerio del Port se inicia la verdadera y última cuenta atrás para disponer de esta infraestructura ideada para ser financiada por el conocido como Plan Camps lanzado por la Generalitat en 2009.
Tras un procedimiento plagado de incidencias, como retrasos en los pagos, incomprensibles renuncias de contrato, inyecciones económicas del ayuntamiento y dudas sobre el estado estructural de unas obras abandonadas durante cerca de 8 años, todo parece ya cosa del pasado y en los próximos días se reiniciará «de verdad» esta actuación.
Así lo señala el concejal de Contratación de Sagunt, Javier Raro, al igual que fuentes de la empresa adjudicataria, Víctor Tormo SL (Vito), que reconocen que, desde que se formalizó el contrato, «hemos querido asegurarnos de que la estructura estaba bien. Se puede prever que es así, pero, por cuestiones de seguridad, se requería una certificación antes de iniciar los trabajos».
El resultado de estos estudios determina que el estado general es bueno, aunque «hay actuaciones pequeñas y acotadas para acabar de asegurarnos». Pendientes de una última reunión para que la ingeniería que realizó los análisis reafirme sus conclusiones definitivas, desde Vito apuntan que en todo este proceso «la relación y el trato con el ayuntamiento ha sido fenomenal».
Sobre la maldición que parece acompañar a la construcción de esta infraestructura, cuyo coste ya ronda los 5 millones de euros y se estima que todavía requiere año y medio de trabajo, la última adjudicataria se muestra optimista: «Seguro que de aquí en adelante todo va a salir bien», apuntan.
