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Forment: «Somos unos analfabetos emocionales»

El periodista y psicólogo del Port de Sagunt, reúne en un libro las claves para «adiestrar la mente» y lograr que se convierta en una aliada

Forment, con su libro.

El periodista y psicólogo del Port de Sagunt, José Antonio Forment, ha publicado su primer libro ‘El adiestrador de mentes’, un trabajo con el que pretende ayudar a sus lectores a diseñar un estilo de vida adaptado a sus necesidades, así como a saber gestionar emociones y conductas autodestructivas.

Admite que se trata de una incursión en el género de autoayuda, «aunque con matices», cuya publicación surgió a raíz del confinamiento, si bien llevaba tiempo pensando en aunar el conocimiento que ha ido recopilando a lo largo de su trayectoria profesional y mediante la investigación individual.

Con este libro, asegura que uno de sus objetivos es transmitir «que podemos finiquitar este romance que tenemos con la infelicidad personal cuando nos lo propongamos porque gran parte de ella es elegida y mantenida por costumbre». Según Forment, «vivimos en una sociedad tremendamente avanzada desde el punto de vista socio-tecnológico, pero con una forma de proceder emocional sustentada en mecanismos arcaicos. En el momento que renunciamos a conocer lo que somos de verdad empiezan a surgir muestras de infelicidad y agobio. No somos capaces de hablarnos a nosotros mismos con sensatez, tenemos un pensamiento descontrolado, ansioso y en muchas ocasiones neurótico. Este fenómeno de psicosis colectiva afecta a todos los ámbitos».

Por ello, sostiene que «el primer paso es conocer qué hay dentro de nosotros y enfocarse hacia los pensamientos más apropiados para que nuestra mente se convierta en aliada y no en un obstáculo. El cambio debe producirse de dentro hacia fuera, maneja adecuadamente tus emociones y controlarás la vida».

Así, apunta que este libro va dirigido «a toda persona dispuesta a ser crítica consigo misma y ampliar el horizonte». Y es que considera que «el rasgo que más humaniza es nuestra capacidad para cuestionar lo que damos por sentado. A veces estamos tan convencidos de que lo que pensamos es lo correcto que nos resistimos a percibir que la realidad es mucho más amplia. Nuestro ego detesta no tener razón, prefiere tenerla y ser infeliz, que darla al otro y experimentar paz. Éste es el origen del sufrimiento y la causa de que estemos siempre “en pie de guerra” por defender lo que simplemente son opiniones».

Para conseguir esta paz, aboga por saber gestionar nuestras emociones. «No hay nada más importante. Nadie nos ha enseñado cómo se hace. El sistema se preocupa por formarte en matemáticas, lenguaje, idiomas, historia, pero nadie nos guía en un aprendizaje de los sentimientos. Somos analfabetos emocionales dentro de una supuesta sociedad del bienestar».

«Detener el ruido mental»

Para lograr el control de las emociones, Forment apunta que «tenemos que detener el ruido mental, la rumiación en bucle. Nos hemos convertidos en verdaderos expertos de culpar a las circunstancias cuando las cosas nos van mal, en vez de coger las riendas de nuestra vida... cambiar lo que no funciona, aceptar lo que no es cambiable y dejar de vivir continuamente en la ilusión del pensamiento, porque cuando pensamos no vivimos». Y advierte: «El pensamiento sólo se usa cuando es útil, si te entregas a él de una forma mecanizada, pasa a ser una voz mental inconsciente que te recuerda cada minuto lo torpe que eres, lo injusta que es la vida o lo poco que te quieren o valoran los demás».

Así, señala que «el cambio solo puede producirse desde dentro. Hemos de encargarnos de la responsabilidad que supone tener la posibilidad de decidir cómo queremos ser. Las circunstancias, el entorno, todos los problemas m no tienen la potestad de decidir en qué tipo de personas nos vamos a convertir, aunque muchas veces creamos que son los demás los que nos hacen infelices».

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