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Hartos de los microbotellones

Vecinos de Ciutat Vella y zonas del Port de Sagunt demandan más medidas contra unas prácticas que generan molestias por ruidos y ensucian hasta observatorios de aves del marjal de Almardà

Hartos de los microbotellones | LEVANTE-EMV

Las huellas que dejan los microbotellones se están haciendo visibles este verano en muchos puntos de Sagunt donde era raro ver este tipo de imágenes hasta que llegó la pandemia.

Hartos de los microbotellones

En el Port, el cierre al tráfico nocturno de la «curva» de pantalán que desde hace décadas es un punto de reunión para cientos de chavales ha provocado una dispersión en varios puntos, como se vio a principios del verano en el parking situado junto al antiguo edificio de Cruz Roja, junto al paseo marítimo, donde la noche de San Juan se llegó a ver a más de cien chavales, según testimonios vecinales.

Hartos de los microbotellones

Algo similar ha ocurrido en otras zonas, aunque ya con ‘microbotellones’ de pequeños grupos de chavales: Desde algunas ya habituales como la plaza de los Jóvenes a otras menos frecuentadas hasta ahora, como la del Padre Jaime o la San Juan de Ribera, en el barrio de Churruca.

Lo mismo ha sucedido en preciosos rincones de la ronda peatonal que hay a las faldas del Castillo, en puntos del Calvario, la montaña de Sant Cristòfol o la Plaza Bicentenario de Romeu al norte del Palància o hasta en los observatorios de aves que hay junto a la finca de Penya, al lado del marjal Almardà-Almenara.

La falta de concienciación y el incivismo hacen que estas zonas amanezcan tras el fin de semana salpicadas de latas de bebida, vasos o botellas de alcohol, entre otros deshechos, como denuncian muchos vecinos a Levante-EMV, preguntándose si tanto costaría tirarlo todo a una papelera o a un contenedor.

La peor parte, como es habitual, la sufren los residentes que además de tener que esquivar residuos el día después, sufren además muchas molestias por ruidos y ven con impotencia que, en cuanto llaman a la policía, a menudo únicamente se reconduce la situación de manera momentánea.

«En cuanto llegan los agentes, están todos están separados y hablando en un tono normal, pero eso solo dura hasta que se van. Da mucha rabia, pero es así. Estamos hartos», decía una vecina.

En medios policiales se admitía este último extremo, incluso cuando acuden tras recibir quejas de zonas situadas en pleno casco urbano, ya sea la plaza La Travessa de Sagunt o la de los Jóvenes del Port de Sagunt. Más difícil lo tienen cuando las molestias les llegan por zonas a las que, obligatoriamente, deben acudir a pie, como ocurre por serpenteantes rincones del casco histórico o como pasaban en la playa hasta que la semana pasada se puso en marcha un dispositivo especial de vigilancia de las Policías Locales de Sagunt, Canet y Guardia Civil.

Aún así, las recientes quejas recibidas desde Ciutat Vella han llevado a la edil de policía, Natalia Antonino, a anunciar una mayor vigilancia policial por estos lugares, como confirmaba a Levante-EMV. Con todo, desde el ayuntamiento se apelaba a la responsabilidad ciudadana, pues a nivel policial se admitía que a menudo es complicado poner sanciones al no sorprenderles «in fraganti» mientras consumen alcohol en vía pública, algo prohibido y sancionable.

deplorable imagen. 1 Vasos de plástico con restos de bebida, latas y manchas de orines en el paseo peatonal de la ladera del Castillo. 2 Pavimento especial del parque infantil manchado con un resto de bebida alcohólica, latas y restos de cigarrillos y «porros». 3 Suciedad junto al observatorio de aves del marjal, donde apareció un colchón. F

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