A sus 38 años, esta traductora preside el Col.lectiu pel Patrimoni Saguntí, una entidad en la que se adentró en 2018 y que suma casi 200 integrantes.
Su llegada a la presidencia supone todo un relevo generacional, pero ¿los objetivos de la entidad siguen siendo los mismos?
Sí. El Col.lectiu pel Patrimoni Saguntí es una asociación cívica formada por un grupo de ciudadanos y ciudadanas preocupados por la situación de abandono y desidia en la que se encuentra el patrimonio en nuestro municipio. El objetivo es defenderlo y ponerlo en valor. No nos mueve ningún principio partidista ni fidelidad política. Nosotros solo queremos que se conserve y se recupere el patrimonio, con todo lo que supone de proyección cultural y económica para nuestra ciudad. Hasta ahora, la preocupación de los políticos ha sido poca o nula, es por eso que nuestro objetivo es reivindicar todas las acciones que hagan falta para ponerlo en valor.
A nivel personal ¿se ha marcado algún reto?
Me gustaría que la gente joven fuera más consciente de la importancia de nuestro patrimonio y que asistiera a las actividades que se realizan para ponerlo en valor.
¿Qué diagnóstico hace de la situación actual del patrimonio saguntino?
Voy a ser sincera: no es muy buena. A nivel teórico, somos una ciudad con una gran historia y un gran potencial cultural y turístico, pero, a nivel práctico, nuestro patrimonio está descuidado y su puesta en valor deja bastante que desear. Pensemos en Cartagena, que se ha transformado en menos de veinte años gracias a un consenso entre autoridades, instituciones y empresas y a que se ha seguido una hoja de ruta. En Sagunto, tenemos un patrimonio similar, pero existe una evidente falta de voluntad política.
¿Cuáles son a su juicio las prioridades a abordar?
Lo primero sería atraer más inversiones, ya que el millón de euros para el Castillo anunciado por el Gobierno se queda corto. Para ello, debería existir una oficina de proyectos que se dedicara a seguir una hoja de ruta independientemente del partido que gobierne. De lo contrario, siempre iremos a salto de mata. Un ejemplo: en 2016 se declaró a Sagunt Capital Valenciana de la Romanización, pero ya está; eso se quedó ahí. ¿Por qué no se invierte en un museo de la Romanización como Sagunto se merece? Éste podría ser un referente, por qué no, al nivel del MARQ de Alicante.
¿Cree que el Col·lectiu ha demostrado ser una palanca de cambio en la ciudad? ¿En qué sentido?
Creo que sí. Hemos despertado conciencias, cada vez hay más movimientos ciudadanos y de recreaciones históricas que dinamizan y reivindican lo que consideran razonable y justo para el municipio. La ciudadanía responde muy bien a las actividades que organizamos y nos hemos posicionado como un referente para todas aquellas personas que se interesan por nuestro patrimonio y que consideran que hay que cuidarlo y ponerlo en valor, para lo cual es imprescindible el compromiso de las instituciones.
¿Ve grandes cambios en la ciudad, en relación a su patrimonio, en los últimos 10 años?
Algunos. En 2012 abrieron sus puertas la Via del Pòrtic i la Casa dels Peixos, dos espacios ya emblemáticos de la ciudad y, recientemente, se ha restaurado el conjunto defensivo Grao Vell. Por otra parte, a nivel divulgativo, se están haciendo cosas. Hemos entrado en la Red de Juderías de España y en el mes de septiembre se organizan charlas y actividades en torno a nuestro pasado sefardí. Es un paso importante para empezar a valorar lo que tenemos e ir más allá del binomio Teatro-Castillo. Sin embargo, ahí tenemos el caso del Centro de recepción de visitantes del Castillo. ¿Cuándo piensan inaugurarlo?
¿Ha pensado en lanzar alguna campaña nueva para sumar apoyos?
Creemos que hay que terminar lo que está empezado. Hace tiempo que no se reúne el comité de Patrimonio de la Humanidad, deberían retomarse esas reuniones y que los diferentes agentes de la ciudad se pusieran de acuerdo en qué acciones se deben tomar. Por otra parte, las asociaciones de Sagunto que defendemos el patrimonio enviamos una carta al ayuntamiento con una propuesta de los puntos que deberían tratarse, una lista roja y todavía seguimos sin respuesta.
