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"Me dí cuenta luego de que había salvado una vida"

La mujer cuenta con dolor que nadie ayudaba

María Teresa Sánchez, tras recibir el distintivo. | DANIEL TORTAJADA

La intervención de una vecina de Sagunt, María Teresa Sánchez Segovia, fue decisiva para salvar la vida de otra mujer de mediana edad que estuvo a punto de lanzarse al vacío desde un puente hacia las vías del tren. Por ello, ayer, la celebración del Día de la Policía Local en Sagunt incluyó un reconocimiento público a esa ciudadana que, sin pretenderlo, se ha convertido en todo un ejemplo, como se destacó en el acto.

Ese 4 de abril es un día que María Teresa difícilmente olvidará. La casualidad quiso que estuviera en el lugar adecuado en el momento oportuno, como explicó luego a Levante-EMV. «Yo no tenía que haber estado allí. Iba a ir al Puerto por la tarde, pero cambié de idea de repente. Al pasar con el coche y ver que había algo sobre la barandilla, reduje la velocidad para ver qué pasaba. Como empezaron a pitarme, avancé hasta la próxima rotonda pero no sé porqué decidí dar la vuelta». Esto último fue decisivo. «Al ver que había una persona, bajé la ventanilla, le dije que se bajara porque se iba a caer y me dicho que no, que se iba a tirar. Así que paré el coche en medio de la carretera y fui a cogerla. Tras forcejear un poco, la bajé y luego no hacía más que abrazarla y sujetarla por miedo a que se tirara otra vez». En esos momentos, según explica, la angustia fue grande porque muchos conductores pasaron pero nadie se detenía a ver qué pasaba. «Tuve que dar un grito para que pararan hasta que al final una pareja lo hizo y lo avisó. Después ya vinieron dos policías, que se merecían también un reconocimiento. Fueron muy sensibles y actuaron muy bien», decía, para luego añadir: «Me duele que tanta gente pasara por allí y no actuara».

«Me dí cuenta luego de que había salvado una vida. Yo actúe sin pensármelo, con firmeza y seguridad, para que ella no me tirara a mí. Desde el principio, le dije que no valía la pena; que a mí me habían diagnosticado un cáncer de pulmón y que yo lo que quiero es exprimir cada minuto de mi vida al máximo», contaba mientras un amigo la oía admirado y confesaba que esta trabajadora del personal de limpieza de la empresa municipal SAG, es «su psicóloga de cabecera», admitía por más que ella confesaba con una sonrisa que ni tiene conocimientos sanitarios, ni una forma física especial. «En mi familia me llegaron a decir que otra vez no me metiera por lo que me podía haber pasado. Pero yo lo haría otra vez. A la mujer, no la conocía pero ahora sí. Le dí mi teléfono y, una semana después, me escribió para darme las gracias. Sé que tiene dos hijos y ya le he dicho que, para lo quiera, me tiene aquí».

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