La pradera de posidonia de Almardà experimenta una leve recuperación. Así se desprende del estudio que sobre este alguer viene realizando Acció Ecologista Agró junto al club de buzos dentro del programa Posimed.

En este último seguimiento anual, el informe anota que «se aprecia una tendencia positiva en su cobertura», tal y como indica el análisis de datos de los últimos seis años realizado por el Instituto de Ecología Litoral.

Pese a estos brotes verdes en la posidonia del litoral norte de Sagunt, desde Agró prefieren ser cautos e insistir en que «la posidonia se mantiene estable».

Esta mínimo avance se achaca por parte de los ecologistas «al abandono agrícola y la consiguiente reducción de las aportaciones de aguas cargadas de fertilizantes químicos en el mar, la mejora en la depuración de aguas urbanas e industriales, el control y reducción de la pesca de arrastre y, por último, la mejora en la gestión y calidad de las aguas del marjal de Almenara, después 30 años de lucha que lo han hecho pasar de la desaparición a la excelencia internacional, son factores que han favorecido que esta pradería de posidonia se mantenga estable».

Sin embargo, «esto no es suficiente para mejorar y garantizar la correcta conservación del alguer de Almardà, que como el resto de praderías de posidonia se encuentra amenazado por los efectos del Cambio Climático», afirmaban los ecologistas.

Ante este reto, proponen «invertir más en saneamiento, puesto que como vemos todos los veranos todavía hay fecales que llegan a las playas valencianas. También haría falta promocionar la agricultura ecológica y el ahorro de agua, controlar y establecer más puntos de fondeo para evitar posibles impactos de embarcaciones recreativas. Y de forma integradora, recuperar los humedales litorales y sus ciclos hídricos y biológicos, porque actúan como filtros verdes; los marjales derraman en el mar agua de calidad y la naturaleza pueda aportarnos sus valiosos servicios ecosistémicos», explicaban.

Para asegurar la correcta conservación de este tesoro medioambiental de nuestro mar, el colectivo comarcal de Acció Ecologista Agró Camp de Morvedre puso en marcha en 2016 un proyecto de voluntariado submarino que cuenta con la colaboración del Club Buzos y el asesoramiento del Instituto de Ecología Litoral. Una iniciativa de ciencia ciudadana enmarcada dentro del programa Posimed, que consiste en realizar anulamente un seguimiento y control de la posidonia oceánica. Una pradera marina que en la década de los 70, se extendía desde Canet d’en Berenguer hasta Almenara, pero que, «a causa del uso de fertilizantes químicos en la agricultura, de la pesca de arrastre, de la contaminación del emisario submarino de Canet y de las modificaciones de la dinámica litoral por puertos y espigones, ahora solo nos queda un pequeño vestigio», terminaban lamentando desde Agró.