Buzos especializados de una empresa comenzaron ayer los trabajos en el puerto marítimo de Sagunt para que el barco de Greenpeace, «El Esperanza», vuelva a estar en condiciones de zarpar.
Las tareas se centraron en recuperar las dos anclas del buque que fueron cortadas por agentes de la Guardia Civil ante la negativa de los activistas a poner fin a la protesta realizada el pasado día 26 con tal de bloquear la entrada de un buque cargado con gas licuado.
La operación se inició por la mañana y se prolongó hasta última hora de la tarde, cuando lograron sacar las dos anclas y dejarlas en el muelle, como precisaron desde la organización ecologista a preguntas de Levante-EMV.
Está previsto que hoy las gestiones continúen para que así el buque de Greenpeace pueda cumplir en breve todos los requisitos de seguridad exigidos para volver a navegar. De hecho, para esto último, será necesario que un inspector verifique que todo el proceso para recolocar las anclas se ha hecho del modo correcto.
Otro escollo por salvar antes de fijar su nuevo rumbo será abonar la fianza que les impongan de cara a la previsible multa que recibirán por su protesta del día 26, cuando bloquearon durante más de 8 horas la entrada del buque gasero ‘Merchant’ a las instalaciones del puerto comercial de Sagunt. De hecho, «El Esperanza» le bloqueó el paso mientras activistas subidos en zodiacs pintaron en ambos costados del Merchant el mensaje “NO + GAS”, mientras un escalador se encaramó al ancla del «El Esperanza» para ejercer una resistencia pasiva durante 10 horas.
Aquella acción hizo que el capitán del buque fuera detenido esa noche por agentes de la Guardia Civil hasta que compareció ante el juez al día siguiente y éste le puso en libertad sin cargos sobre las 14:30 horas. Tras ello, quedó claro que Sergiy Demydov era investigado inicialmente por un presunto delito de desobediencia a los agentes de la autoridad, sin descartarse que luego esto se pudiera ampliar.
Cayeron a unos 15 metros de profundidad
Los buzos tuvieron que emplearse ayer a fondo pues se calculaba que las anclas del barco de Greenpeace habían caído a unos 15 metros de profundidad, dentro de la segunda dársena del puerto comercial de Sagunt. Hasta ahora los trabajos no se habían podido iniciar por el mal tiempo, pero ayer se pudieron sacar las dos.
