La Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica ha señalado al Ayuntamiento de Sagunt como responsable de la gestión del agua del marjal, después de que varios concejales atribuyeran esta competencia al ente autonómico. Según la versión municipal, la Generalitat debe ser la encargada de responder a los problemas de inundaciones que padecen los agricultores de la zona, que siguen sin poder desaguar y con los campos anegados, a falta de la puesta en marcha de la turbina de la gola. En cambio, para responsables de Agricultura, «el marco competencial está claro y es del Ayuntamiento de Sagunt».
Desde la conselleria explican a Levante-EMV que estas competencias quedaron claras en la carta remitida en 2020 a la administración local, en la cual «se anotaba que la explotación y el mantenimiento de estas aguas eran responsabilidad de Sagunt», recuerdan. A falta de un documento, Agricultura habla de otro que apoya su teoría. Se trata de unas ayudas que se concedieron al consistorio para infraestructuras hidráulicas con el requisito, según el pliego de condiciones, de acreditar que el ayuntamiento era el gestor de la zona, «como así se hizo», apuntan. En concreto, la subvención era para la «aplicación de medidas de mejora y mantenimiento de zonas húmedas valencianas».
Por otro lado, Agricultura niega que las obras de la gola no estén recepcionadas como dijo el concejal Pepe Gil. «El trámite se hizo a finales de 2020 por la conselleria, al ser el ejecutor de la obra, como recoge el acta», aunque no hay respuesta a la cesión de la instalación al consistorio saguntino, como pedía el edil.
Esto lleva a Sagunt a tener que mover ficha si bien desde la Conselleria se adelanta que «dada la situación de emergencia, vamos a colaborar con el ayuntamiento y, entre todos, tratar de resolver este problema». Para ello, responsables de Agricultura mantuvieron este miércoles contactos con el alcalde de Sagunt, Darío Moreno, para encontrar una solución, que pasa, a corto plazo, por poner en marcha la turbina.
A este respecto, la Conselleria no ha querido pronunciarse hasta hoy, cuando se esperan más conversaciones entre ambas partes. Mientras tanto, las lluvias no dan tregua y los niveles de agua en las zonas de cultivo del marjal son preocupantes, a lo que se suma el cabreo mayúsculo de los agricultores.
