Tras dos años de paréntesis obligado por la pandemia, las celebraciones de la Semana Santa Saguntina han vuelto al fin, aunque con un halo de polémica nunca visto en tiempos recientes a raíz de la reciente votación por la que la mayoría de los cofrades decidió no permitir la entrada a las mujeres, como habían propuesto otros integrantes.
Después de que algunos balcones amanecieran con banderolas de Semana Santa a las que se les había colocado un lazo negro en señal de protesta por esa exclusión de género, los actos se iniciaron ayer, Viernes de Dolores, con el tradicional desfile procesional del Ecce Homo que precedió a la imposición de las medallas a los nuevos cofrades.
En total, esta vez eran 64 integrantes a los que se dio la bienvenida en la ermita, además de hacerse la entrega de las medallas de Mayorales y la cruz de Clavario a los encargados de hacer la fiesta en el 2023.
Junto a esto, se otorgaron unas placas conmemorativas a las Mayoralías que en estos tres años celebran su 50º aniversario, «cuestión que enfatiza nuestro respeto hacia nuestros mayores, y a aquellos que medio siglo después aún siguen recordando el año que hicieron la fiesta con orgullo», decía un portavoz.
Cerca de la media noche estaba previsto un Via Crucis donde, como siempre, los vecinos de la parroquia de El Salvador se habían esforzado en engalanar las estaciones.
Participantes en los actos coincidían en que sin duda esta Semana Santa se ha iniciado de forma muy diferente a lo habitual, tanto por esos lazos negros en las banderolas como por la concentración de protesta organizada para el próximo martes con tal de visibilizar las pretensiones de las mujeres que sí quieren poder formar parte de esta histórica congregación religiosa.
Cinco días después de esa votación, la cofradía emitió ayer un comunicado oficial donde «lamentó que los asuntos internos de nuestra cofradía que hayan hecho eco en los medios de comunicación así como las redes sociales vertiéndose acusaciones injustas desde el más absoluto desconocimiento de nuestros estatutos y arraigo».
No obstante, también quiso «animar» y «alentar» «a participar de nuestra Semana Santa con fervor cristiano, devoción y respeto como se merece nuestra fiesta y como siempre lo han hecho».
