El Ayuntamiento de Sagunt ha dedicado una sala de la biblioteca del Centro Cívico del Antiguo Sanatorio del Port de Sagunt a la memoria de Alba Molina Garzó, la joven de 16 años que perdió la vida el 11 de octubre de 2015 en un desgraciado accidente de tráfico y cuya familia donó, de manera desinteresada, material informático, así como los fondos recaudados por la comunidad educativa del instituto Eduardo Merello tras su fallecimiento.

Esta sala es una ciberteca que se ha dotado con ordenadores, tablets, e-books, un videoproyector y una pizarra electrónica, valorados en casi 5.000 euros. Así, la ciberteca Alba Molina Garzó se ha hecho realidad gracias a la donación de la familia de la joven, cuya voluntad era que este donativo revirtiera en la ciudad. Ahora, de acuerdo con el compromiso adquirido por el consistorio, esta sala y sus materiales están por fin a disposición de los vecinos de Sagunt.

Fuentes municipales destacan que este material está disponible en las dos bibliotecas municipales y está marcado con placas conmemorativas en recuerdo de Alba. La joven, según recuerdan fuentes municipales, falleció en un trágico accidente de tráfico por culpa de un guardarraíl inadecuado, que, además, presentaba falta de mantenimiento. Dado que existe un informe pericial que lo prueba, la familia de la joven emprendió una campaña de recogida de firmas en change.org.

Muerte «horrible»

Esta iniciativa ya ha recabado más de 107.000 apoyos desde que se puso en marcha en febrero. Como informó Levante-EMV, La petición, que va dirigida al Defensor del Pueblo, la Audiencia Nacional, el Ministerio de Transportes, la Dirección General de Tráfico, el Ministerio del Interior y la Moncloa, reclama justicia, después de la «horrible» muerte de Alba, a quien el guardarraíl atravesó y la mandó a 7 metros del vehículo. Pese a esas circunstancias, según denuncia la familia, «nos han condenado a pagar 31.000 euros por las costas procesales y el peritaje ordenado por el juzgado, pese a que ni siquiera se celebró el juicio».