La rápida actuación de los socorristas de la playa del Port de Sagunt permitió rescatar con éxito a cinco bañistas que se encontraban en la zona del espigón de Ciudamar.

Los hechos ocurrieron ayer jueves pasadas las 20.15 horas, cuando un hombre mayor estaba siendo arrastrado por la corriente detrás del espigón, fuera de la zona de baño. Acto seguido, los socorristas dieron la voz de alarma y el dron pudo alcanzar al bañista lanzándole un chaleco salvavidas.

Mientras este bañista tenía puesto el chaleco y la moto acuática llegaba hasta él, se dio otra voz de alarma, que hizo que los socorristas tardasen más en sacarle del agua. «Vimos que en ese momento dos niñas que se encontraban en la orilla, también estaban siendo arrastradas por la corriente y se habían cogido a la línea de boyas con dificultades para salir. Entonces tuvimos que rescatarles primero a ellas, que eran las que estaban en estado más crítico, yendo con la moto acuática y la socorrista de torre», explica a Levante-EMV una de las socorristas que en ese momento trabajaba como coordinadora.

Junto a las pequeñas, también se encontraba la madre, que se había lanzado al agua para ayudarlas, y otro bañista que también intentaba sacarles, todos ellos rescatados con éxito. «Las víctimas lo hicieron muy bien, se cogieron a las boyas y sabían que nosotros llegaríamos muy rápido. La línea de boyas precisamente lo puso el ayuntamiento para eso, para que si hay mucha corriente se puedan enganchar», declara la socorrista.

Una vez rescatados estos cuatro bañistas, la moto acuática fue en busca del hombre mayor, que seguía detrás del espigón con el chaleco salvavidas y vigilado por el dron. En la orilla, le estaba esperando su pareja, quien aseguraba que «hacía mucho rato que no le veía en el agua». Al llegar a la arena, el hombre estaba temblando y tenía los ojos rojos de la mar, mientras explicaba que «no sabía que el dron me iba a tirar un chaleco salvavidas, me costó cogerlo, porque la marea me llevaba contra las rocas».

En el momento del rescate, la bandera estaba amarilla. «Habíamos hecho un control de corrientes hacía tan solo 15 minutos. Se nos avisó de que había corriente y nos pusimos en alerta como hacemos siempre. Sin embargo, era corriente fuerte para las personas que no saben nadar, pero no tenía la suficiente fuerza como para estar la bandera roja», explica la coordinadora.

Según la socorrista, el rescate múltiple acabó sin traslados al hospital: «El médico revisó que estuviese todo correcto al llegar a la orilla. Eso sí, estaban muy nerviosos todos». Sin duda, un rescate con éxito que se vio reflejado en las caras de satisfacción de los socorristas.