La Aurora despertó la Vall de Segó de su letargo dominical. Tras veinte años de impulso, la Romeria a les Valls cumplió con su cita el primer domingo de agosto. Los participantes, con su caña, recorrieron desde las cuatro de la madrugada las calles y caminos desde Benavites hasta Benicalaf en su tradicional paso de silencio, oración, cánticos y encuentro vecinal.
Els Amics de Benicalaf, impulsores de esta peregrinación, arrancaron el proyecto de dignificación y empoderamiento del templo de Sant Jaume de Benicalaf además de impulsar el reconocimiento medioambiental y el valor singular de la zona. Con la Romeria de la Aurora, la Vall de Segó aúna sus pasos y vive un domingo especial en el que muchos romeros participan desde la devoción, el compromiso cívico o la vivencia de la tradición.
Un año más, la Romeria de l’Aurora arrancó en Benavites para dirigirse a la Església dels Sants Joans de Faura, Sant Gil Abad de Benifairó, Sant Miquel en Quart y Santa Ana en Quartell para llegar a la localidad anfitriona. Allí, Benavites ofreció el desayuno para los romeros que, tras ello, participaron de la celebración litúrgica en la parroquia de la Mare de Déu dels Àngels. Tras ello, la Virgen descendio en procesión hasta Benicalaf.
En esta ocasión los romeros retornaron a sus localidades «en trenet», una innovación sumamente apreciada por los participantes.
Els Amics de Benicalaf dispusieron, un año más, el almuerzo para los romeros. La zona aneja al templo se convirtió así en espacio de confraternidad para los participantes en un peregrinaje que culminaba con la bendición de los términos.
Recuperar al 100% el templo
Los impulsores de esta Romeria mantienen viva su apuesta por recuperar el templo del s XVIII, vestigio de los poblados fundacionales de la subcomarca. Desde que se inició este trabajo en defensa de Benicalaf, se ha logrado la consolidación de las cubiertas del templo además de su espadaña; no obstante tal y como constataron los romeros, todavía queda camino por delante para poder recuperar el templo al 100%.
