El buen ambiente ha caracterizado la recuperación de las cucañas marítimas de las fiestas patronales del Port de Sagunt, después de dos años de pandemia en una edición muy especial también por otro motivo: El retorno de las peñas a la colaboración de un acto del que se había desligado su federación desde 2015, cuando se reemplazaron los patos vivos por pelotas intercambiables por premios.
El intenso calor no ha desanimado a cientos de personas que han querido presenciar tanto la travesía a nado, como la prueba del palo engrasado y el lanzamiento de pelotas intercambiables por premios en metálico de 50 a 200 euros cada uno.
Aún así, la afluencia no ha sido todo lo masiva de lo esperado, aunque según el presidente de la Federación de Peñas Manel Rubio, sí han acudido muchos peñistas.
Este hecho se atribuido en parte a que la prueba se ha adelantado respecto a años anteriores y se cree que esto ha podido influir, así como las altas temperaturas alcanzadas el fin de semana, si bien esta vez se han puesto algunos toldos para el público para combatir el calor.