La Falla la Marina celebra este años su 75 aniversario y lo hace orgullosa de su historia. No en vano estamos ante una comisión pionera en la lucha por la igualdad de género puesto que en 1991 contó con una mujer, Lourdes Lázaro, como Presidenta mientras que en 2022 volvieron a citarse con los anales de la historia al proclamar a Víctor Belinchón en calidad de fallera mayor, un hecho que no ha vuelto a registrarse en todo el Camp de Morvedre. Además, en este año tan cargado de simbolismo la presidencia está en manos de una mujer, en concreto, Eva María Cayuela.
Los portavoces de esta falla afirman que «nuestra comisión fue fundada en el año 1948, cuando un grupo de valientes vecinos decidió adentrarse en el mundo de las fallas». «El primer presidente de la comisión fue Vicente Masip, que más tarde fue alcalde la ciudad y en esa legislatura se creó Junta Fallera de Sagunto (denominada ahora Federación Junta fallera de Sagunto)».
Como hechos históricos destacan que en el año 1991 el monumento cayó al suelo pero, gracias al esfuerzo de vecinos, la falla volvió a plantarse pero no aguantó lo suficiente y volvió a caer, así que la comisión decidió al año siguiente volver a plantar la misma falla.
Ese ejercicio también tuvo un hecho histórico. «Presidió la falla una mujer, la señorita Lourdes Lázaro, que fue la primera presidenta de las fallas de la comarca», cuentan.
La comisión pasó como es natural por años difíciles. «De hecho durante los años 73-74 y 85-86 estuvo a punto de disolverse, pero gracias al gran trabajo y esfuerzo realizado por parte de falleros y vecinos esto no llegó a ocurrir», explican.
Ahora, en un momento histórico, los portavoces de este grupo afirman «estar unidos e ilusionados para seguir remando, marineros y a por 25 años más».
Una de las principales novedades de este ejercicio es el estreno del regalo que los dirigentes actuales (Eva Mª Cayuela (Presidenta), María López ,Fallera Mayor, Hugo Pérez Presidente Infantil y Julia Palanca, Fallera Mayor Infantil) han realizado a la falla. Se trata de los nuevos estandartes de la falla que lucen con el escudo actualizado en el que se aprecia el «bunyol d’or», las hojas de laurel y brillantes otorgados por la Junta Central Fallera de València con motivo de esta efemérides histórica.
Aunque desde la comisión se hizo el esfuerzo de reforzar los presupuestos de los monumentos para lograr buenos premios, finalmente, el tener la falla más cara de la comarca, con 54.000 euros de inversión, solo le ha valido la plata, mientras en infantiles han quedado cuartos.
