El Grau Vell no se olvida de su 'Reina'

El poblado de Sagunt señaliza la plaza dedicada a la mujer que evitó el derribo de las casas y logró servicios de todo tipo

El Grau Vell de Sagunt vivió casi en la intimidad un emotivo recuerdo a su ‘Reina’, María Herráiz, a cuya memoria se dedicó ya hace un tiempo una plaza en este poblado, que ahora cuenta con la correspondiente placa para no olvidar a quien llegó a ser la alcaldesa pedánea de este pequeño núcleo al sur del puerto comercial. 

Castellanoleonesa de nacimiento, el traslado de su padre carabinero al cuartel del Grau Vell le llevó con 3 años, junto a su madre y sus cinco hermanos, a orillas del Mediterráneo, de donde ya no se movió. Falleció en 1982 con 84 años, después de dejar una huella imborrable en varias generaciones, que todavía comparten con emoción los recuerdos de María la ‘Reina’.

No sabía leer ni escribir, pero ayudó a infinidad de personas y mejoró las infraestructuras del poblado marítimo

«Su carácter le hacía ganarse a la gente y que fuera muy difícil decirle que no. Tenía muchos contactos, que aprovechaba para ayudar no solo a su familia, sino a cualquiera que lo necesitara», señala uno de los muchos apellidos Herráiz que se conservan en el Grau Vell. Esta solidaridad se tradujo en el cobijo a gente de los dos bandos de la Guerra Civil, a quienes facilitaba ropa y comida, o a la paga que consiguió para un hombre que había quedado postrado en una silla de ruedas sin pensión ni recursos, después de toda una vida de trabajo ‘en negro’ en Francia.

Esta gestión fructificó a través de la mujer del jefe de recursos humanos de Altos Hornos, con quienes solía compartir la paella de los domingos. Esta amistad también le valió para que los hombres del Grau Vell alcanzaran el pleno empleo en la antigua siderúrgica del Port de Sagunt.

Barricada contra los derribos

Pero esta relación con la industria no siempre fue amistosa, ya que María Herráiz montó una barricada a la que se ató cuando las máquinas, como parte del proceso de ampliación de la IV Planta, intentaron derribar también el poblado. «Tiraron un precioso barrio que llegaba hasta Puçol, un auténtico vergel, pero cuando llegaron al Grau Vell no se atrevieron, porque ella avisó que antes de tirarlo tendrían que matarla e incluso amenazó con recurrir a Franco para evitarlo», relatan quienes la conocieron.  

El alumbrado, la escuela, el asfaltado del camino o la iglesia también son logros de la ‘Reina’, que no dudó en viajar a Madrid para pedirle a la duquesa de Osuna una aportación para el templo religioso. «Se plantó allí para decirle que sabía que tenía dinero y que ella lo necesitaba. Se llegó a hospedar alguna noche y lo consiguió», explican sus familiares, quienes señalan que «lo único que no consiguió fue el agua potable».

María se desplazó a Madrid para conseguir una aportación de la duquesa de Osuna para construir la iglesia

Esta «tenacidad», unida a su «vitalidad» y «personalidad arrolladora» no exenta de «amabilidad», le permitía «ir donde hiciera falta para conseguir lo que quería». Entre sus logros también figura la reacción a que su hijo lo estuviera «pasando fatal» durante el servicio militar obligatorio. «Se presentó en el cuartel y le libró de acabar la mili», recuerdan sus allegados.

Título de alcaldesa pedánea

Y todo esto lo consiguió sin saber leer ni escribir, más allá de su firma. Para disimular este analfabetismo, «siempre pedía que le leyeran, porque se había dejado las gafas. Si hubiera tenido formación hubiera llegado a ministra», aseguran de ella, que era una presencia habitual durante los plenos del Ayuntamiento de Sagunt. Donde sí llegó fue a alcaldesa pedánea, la primera y última del Grau Vell, que no fue solo un reconocimiento oficioso, sino que la familia todavía conserva el título que lo acredita.

Impulsora y organizadora también de las fiestas en honor a Nuestra Señora del Buen Suceso, si figura resulta ineludible en las rutas guiadas que se ofrecen por el Grau Vell, donde todavía se percibe la memoria de María, la 'Reina'.