Estivella propone convertir la Fonda de Barraix en alojamientos turísticos

El ayuntamiento pide a la diputación que haga también un centro de interpretación en la finca que posee en plena sierra Calderona

El lugar se rehabilitó hace 17 años, pero fue desvalijado y sigue cerrado

El alcalde de Estivella, mostrando la Font de Barraix.

El alcalde de Estivella, mostrando la Font de Barraix. / Tortajada

Marián Romero Torres

Marián Romero Torres

Estivella

El Ayuntamiento de Estivella ha vuelto a mover ficha para que la restauración de la Fonda de Barraix se retome en la agenda de diputación. Una actuación a la que se comprometió el anterior diputado de Patrimonio, Andreu Salom, en las sucesivas reuniones y visitas que realizó al paraje en 2022, la última durante la celebración del centenario de la Ermita de Barraix.

Durante esos encuentros se consiguió arrancar un compromiso verbal de actuación, pero por ahora, en eso ha quedado, ya que sobre el papel no hay nada planeado, ni presupuestado, por parte del ente provincial.

La nueva corporación de Estivella, con el alcalde Francesc Mateu a la cabeza, quiere retomar el tema por lo que en el mes de octubre una comitiva, en la que también estaba el cronista oficial Lluís Mesa y el empresario de la zona, José Ramón Mateu, mantuvieron una reunión con el nuevo diputado, Ricardo Gabaldón, en la que le expusieron la necesidad de recuperar esta zona emblemática de la localidad y darle un uso.

Según el alcalde, el objetivo de esta visitaba era reclamar una urgente intervención que acabara con el deterioro que está sufriendo la zona y dotarla de utilidad mediante una firma de un convenio entre ambas partes para un nuevo uso. Una propuesta que vio con buenos ojos el diputado, quien se comprometió a venir a visitarla a finales de año, pero que según Mesa, "los problemas de agenda le han impedido hacerlo. No obstante, estamos en contacto con él y la visita probablemente sea el mes que viene". El alcalde, por su parte también ha trasladado a Levante-EMV, la buena predisposición del titular de Patrimonio.

En cuanto a la propuesta de usos presentada por el gobierno actual, contempla distintas alternativas. Por un lado, se pretende que parte de la fonda recupere su esencia como hospedería, de ahí que parte de la misma quiera destinarse a alojamientos rurales, casa rural, albergue..., adelantaba a este diario el alcalde. Pero además, se persigue convertir el paraje en un centro de interpretación y en este punto es donde reside la diferencia con la propuesta del anterior gobierno. Mientras que el exalcalde apostaba por un centro de interpretación relacionada con la naturaleza, el nuevo gobierno busca más una vertiente cultural, en la que se contemplase una exposición permanente que hable de la historia del lugar, sus orígenes, el entorno... aunque no cierra la puerta a que sea un centro de interpretación natural, dado el entorno, en plena Sierra Calderona.

La Font de Barraix está enclavada en plena sierra Calderona.

La Font de Barraix está enclavada en plena sierra Calderona. / Tortajada

El estado actual de la fonda, por el exterior, es aparentemente bueno, después de que la diputación la restaurara en 2007. Sin embargo, como informó este diario, el inmueble fue pasto de actos vandálicos en 2013 que acabaron desvalijándola toda por dentro.

Intervención urgente

Una década ha pasado desde entonces y a ese acto delictivo se suma el paso del tiempo, el deterioro y el olvido; de ahí que, para el gobierno local, haya "urgencia" en su recuperación, dada la importancia que tuvo esta hospedería para Estivella en el siglo pasado.

Este conjunto patrimonial, con una masía en pleno corazón de la Sierra Calderona y a pocos metros del pico del Garbí,  fue centro de veraneo de familias adineradas a principios del siglo XX.

Consciente de sus posibilidades y como ya hicieran anteriores corporaciones, ahora, el nuevo gobierno municipal intenta arrancar el compromiso de la administración provincial para actuar en el inmueble "lo antes posible".

Una inversión de 600.000 euros pasto de los ladrones

La Fonda de Barraix fue pasto de los ladrones de hierro y cobre en 2013, cuando todavía no había llegado a abrir sus puertas tras la adquisición y rehabilitación por parte de la Diputació de València con una inversión próxima a los 600.000 euros.

El objetivo de la intervención se centraba con convertir esta masía en un flamante centro de turismo rural, cuya explotación llegó a conceder a una empresa privada hasta que la crisis desbarató todos los planes.

Entre los desperfectos ocasionados destacaban la desaparición de la enorme puerta de hierro que daba entrada al recinto, las líneas eléctricas desvalijadas o el mobiliario arrancado.

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