El Hospital de Sagunt invierte 1,7 millones de fondos europeos

El departamento sanitario mejorará su eficiencia enérgetica con la sustitución de las calderas de gasoil de más de 20 años por otras de gas natural

Vista del Hospital de Sagunt.

Vista del Hospital de Sagunt. / Daniel Tortajada

Sagunt

El Hospital de Sagunt dejará atrás el gasoil para pasarse al gas natural. Será gracias a una subvención del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) de algo más de 1,7 millones de euros, que permitirá ahondar en las actuaciones de eficiencia energética mediante la sustitución de los quemadores y las calderas de calefacción y agua caliente sanitaria.

Según señalan desde el departamento de salud dirigido por Ana Peiró, "el gas natural es un combustible fósil, pero mucho menos contaminante", así que esta intervención, que ahora está en fase de licitación, permitirá reducir las emisiones a la atmósfera. Además, los tubos por los que circulará el gas, "se usarán en un futuro para el biometano, que es renovable".

Actual sala de calderas del Hospital de Sagunt.

Actual sala de calderas del Hospital de Sagunt. / Levante-EMV

Calderas con más de 20 años

Las mismas fuentes explican que "las calderas actuales tienen más de 20 años y precisan de un mayor mantenimiento", mientras que la nueva instalación "incorporará aparatos de última generación, con mejor rendimiento". Otra mejora ambiental que reportará esta inversión tiene que ver con los camiones que transportan el gasoil, que ya no harán falta porque el abastecimiento del gas natural es ininterrumpido, según explican desde el área sanitaria de Sagunt.

Ana Peiró, gerente del Hospital de Sagunt.

Ana Peiró, gerente del Hospital de Sagunt. / Daniel Tortajada

Entre los detalles del proyecto destaca la instalación en el sótano de tres calderas de condensación, con una potencia calorífica de 6.200 kilovatios (kW) entre las dos que se emplearán en la calefacción y 598 kW para el agua caliente sanitaria.

Ruidos y vibraciones

Una de las preocupaciones que se recogen en el expediente se refiere a los ruidos y las vibraciones que se generan en la sala donde se instalará este equipamiento térmico. El objetivo es que los primeros no afecten al "bienestar y confort" tanto de los trabajadores sanitarios como de los pacientes y acompañantes, mientras que las segundas se deben "atenuar" para que no dañen el ajuste de las máquinas, la estanqueidad de los conductos ni la estructura del edificio.

Futura sala de calderas.

Futura sala de calderas. / Levante-EMV

El proyecto precisa que el adjudicatario de la obra debe contemplar medidas para que los niveles sonoros no sean superiores a 40 decibelios ponderados (dBA) durante el día, mientras que el diseño establecido por Valnu Servicios de Ingeniería garantiza un "nivel inferior a 60 dBA, medido a 10 metros de distancia de la máxima fuente sonora". La solución planteada también cumplen los valores de "nivel sonoro continuo equivalente".

Nivel aceptable

En cuanto a mantener las vibraciones "por debajo de un nivel aceptable", las directrices marcan que los equipos y las conducciones "deberán aislarse de los elementos estructurales del edificio".

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