La última rehabilitación del Castillo de Sagunt acaba en polémica
El ayuntamiento y la Conselleria coinciden en lamentar que las nuevas sendas sean inaccesibles al haberse hecho de forma diferente a la autorizada
Cultura negocia con el Ministerio "una solución adecuada"

Daniel Tortajada

La última obra de rehabilitación acabada por el Ministerio de Cultura en el Castillo de Sagunt, después de seis años de esperas y meses con el recinto cerrado, ha conllevado innegables mejoras en este monumento nacional de más de 2.000 años tras una inversión de casi 1,3 millones de euros, financiada por la Unión Europea. Pero el acabado de las nuevas sendas abiertas en el monumento ha acarreado críticas de las dos administraciones más cercanas al monumento, algo sin precedentes recientes en una ciudad que ya sufrió durante años la polémica rehabilitación del Teatro Romano, aún hoy por terminar.
La más incisiva ha sido la Conselleria de Cultura, que afirma haber detectado "irregularidades" en los trabajos y ha reclamado soluciones al Ministerio al ver que la ejecución "no se ajusta al proyecto autorizado" en su momento por el departamento autonómico.

Vista donde se aprecian las nuevas sendas de grava. / Daniel Tortajada / Daniel Tortajada
Tanto el ayuntamiento como la Conselleria de Cultura coinciden en censurar cómo se han realizado los itinerarios que demandaba desde hace años la ciudad con tal de facilitar los recorridos de los visitantes: Con grava suelta y repartida entre listones de madera forrados con material metálico que salvan los desniveles con un escalón. Esto contrasta con la solución prevista en un principio, de realizar "itinerarios peatonales accesibles de tierras apisonadas y compactadas", según recoge la memoria del proyecto aprobado".
La utilización de grava en lugar de tierra compactada ha generado un malestar sin precedentes recientes en la ciudad
Pero el principal problema argumentado por ambos es que se dificulta la accesibilidad «para carros infantiles, sillas de ruedas o personas con dificultad motora», como apunta la administración autonómica.
Tono político contenido
De momento, el tono político no ha sido elevado, en comparación con los habituales desencuentros entre la Generalitat encabezada por Carlos Mazón (PP) y el gobierno central de Pedro Sánchez (PSOE).

Imagen de las nuevas sendas de grava en el Castillo de Sagunt. / Daniel Tortajada
El alcalde, el socialista Darío Moreno, reconoció desde el primer momento a preguntas de Levante-EMV la inaccesibilidad de las nuevas sendas pero remarcó de inmediato que esto había llevado al consistorio a pedir medidas tanto con la Generalitat como al Ministerio «y existe un compromiso de las tres administraciones para dar solución a los posibles problemas que está generando la grava», dijo resaltando también los aspectos positivos de la intervención.
Mucho más duro había sido en redes sociales su antecesor en el cargo, Quico Fernández (Compromís), al criticar el impacto visual de esos caminos y que la accesibilidad había empeorado, como censuró posteriormente el grupo municipal de la formación, aunque recalcando a la vez las mejoras realizadas.
Reunión en busca de soluciones
Ante el malestar, la Conselleria de Cultura instó a mediados de abril al Ministerio a una reunión telemática "para que concrete plazos y medidas urgentes a adoptar para reparar las irregularidades respecto al proyecto autorizado".

Uno de los nuevos carteles colocados. / Daniel Tortajada
Ese encuentro se produjo finalmente el pasado 30 de abril. Fue entre responsables de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Conselleria y técnicos del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPC) del Ministerio de Cultura. Así lo han asegurado desde el departamento autonómico a preguntas de este diario apuntando que "se sigue avanzando en una solución adecuada al proyecto autorizado". Aunque no precisan más, sí dejan claro que las conversaciones prosiguen y "se emplazó a una nueva reunión que se producirá próximamente".

Nueva puerta colocada para preservar la existente. / Daniel Tortajada
La inversión reduce viejos problemas
La reciente inversión de más de 1,2 millones de euros en el Castillo de Sagunt procedentes de la Unión Europea ha supuesto un avance en viejos problemas que arrastra el monumento, por más que la lista de necesidades sea aún larga.
De entrada, esa inyección a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia ha permitido reconstruir tramos de muralla y paredes con siglos de historia que parecían condenados a desaparecer en este monumento nacional que corona la ciudad.
También ha acabado con una de las viejas carencias que arrastraba el monumento: La falta de señales y paneles actualizados que ubiquen al visitante sobre los restos que tiene ante sí pues, al tratarse de una fortificación de casi un kilómetro de longitud utilizada a nivel militar en diferentes épocas, ha sufrido numerosas modificaciones y reformas difíciles de percibir a simple vista.
El monumento presenta además nuevas barandillas y elementos de seguridad en algunos tramos que permiten rebajar el riesgo de caídas, como destacó el alcalde, Darío Moreno, al valorar el resultado.
Asimismo, la actuación ha permitido catalogar todas las piezas dispersas por el Castillo, así como restaurar las puertas de madera de Almenara y San Fernando para pasar a exponerlas y reemplazar la primera por una nueva realizada con materiales más adecuados para estar al aire libre.
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