Canet cede y sustituirá el polémico semáforo foto-rojo por un radar móvil
Las presiones de la plataforma de afectados surten efecto y la decisión municipal, consensuada con ellos, implicará sanciones diferentes en función de la velocidad

Semáforo foto-rojo instalado en una calle de Canet. / Daniel Tortajada

Las presiones vecinales han surtido efecto y, al final, el Ayuntamiento de Canet d’en Berenguer ha accedido a variar temporalmente el modo de funcionamiento del polémico semáforo foto-rojo que sancionaba a todos los que se lo saltaban cuando accedían a su zona de playa desde la costa saguntina de Almardà.
La decisión se ha adoptado tras una segunda reunión con representantes de la plataforma de afectados que no estaban de acuerdo con el anterior método; un colectivo integrado por más de 170 personas que, en su mayoría, habían recibido con extrañeza la ubicación del semáforo en medio de una calle de un solo sentido y, por no pararse ante él, habían acabado recibiendo multas de 200 euros e incluso la retirada de cuatro puntos de carné, sea cual fuera la rapidez con la que circulasen.
Con el cambio, la señal luminosa no desaparecerá, sino que estará siempre en ámbar intermitente y se complementará con un radar móvil aleatorio, como explican desde el ayuntamiento. De esta manera, las multas se aplicarán en función de la velocidad, cuando el conductor supere los 30 kilómetros por hora, que es la velocidad permitida en esta calle de un solo sentido de circulación y con un carril bici.

Afectados por las multas e integrantes de la plataforma. / Daniel Tortajada
“Esta era una de nuestras principales reivindicaciones y celebramos que se haya tenido en cuenta”, aseguran desde esta plataforma que ha protagonizado la mayor movilización vecinal registrada en el municipio en los últimos años y llegó a concentrarse con pancartas ante el ayuntamiento e intervenir en el pleno, algo sin precedentes en la población.
Acuerdo
Tras un malestar que también se extendió por la playa vecina de Sagunt y provocó que la asociación vecinal de Almardà, Corinto y Malvarrosa demandara la mediación de su ayuntamiento, el alcalde de Canet, Pere Antoni, justifica el cambio de criterio. “Nunca ha sido nuestra intención sancionar, sino hacer una labor pedagógica para que la gente respetara el límite de velocidad en ese tramo", tal y como demandaban los vecinos de la calle. "Ese objetivo también se cumple con el nuevo sistema propuesto por los vecinos. Consideraban que era mejor sancionar por exceso de velocidad que por saltarse un semáforo, y al final hemos llegado a este acuerdo”, explica.
A su juicio, “lo positivo es que la campaña nos ha enseñando que se puede circular por esa calle a 30 o 35 kilómetros por hora, y que todo quedará en mera anécdota", dice mientras desde el ayuntamiento se resalta que "el número de infracciones se ha reducido", pero sin precisar cifras. "Por nuestra parte, seguiremos abiertos a las propuestas de los vecinos para garantizar que si esta conducta se reproduce en algún punto del municipio, se pueda corregir”, añade el alcalde.

Señales que avisan de la existencia del semáforo. / Daniel Tortajada
Nuevo sistema
El colocar ahora un radar hará variar el importe de la sanción dependiendo de la velocidad con la que se superan los 30 kilómetros por hora, el máximo permitido en el caso urbano.
De este modo, superar entre 21 y 40 kilómetros este límite conllevará una multa de 100 euros, y la pérdida de puntos comenzará a partir de los que circulen a velocidades que superen en 41 hm/h el máximo permitido.
Desde la plataforma de vecinos creen que estas sanciones son “proporcionadas” y no como ocurría antes, que se imponía la misma sanción independientemente de la rapidez con que uno se saltase el semáforo.

El alcalde, dando explicaciones en el pleno. / Daniel Tortajada
Medida "provisional"
La medida, sin embargo, tiene carácter provisional pues, tal y como acordaron las partes, más adelante se adoptará una decisión que será definitiva.
Esta consistirá en ubicar un radar fijo (o de tramo), que se basa en un sistema de cámaras que graban de forma continua a los vehículos que recorran los casi 200 metros de la calle Joanot Martorell e identifican la matrícula de cada uno de ellos a la entrada y a la salida del tramo.
Posteriormente, un ordenador comprueba los tiempos de paso y calcula la velocidad media del vehículo.
Este radar irá acompañado de badenes fijos o de un semáforo didáctico, ya que -como ocurría con sistema de foto-rojo- la idea del ayuntamiento es que no se tenga que sancionar a nadie, sino que la gente respete el límite de velocidad motu propio.
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