El colapso cada fin de semana lleva a Segart a limitar la entrada a su casco urbano

La gran cantidad de visitas que recibe Segart todos los fines de semana ha hecho que su ayuntamiento de haya decidido limitar el acceso de vehículos al casco urbano, al que solo podrán entrar los vecinos de la localidad.

Esta gran afluencia se explica principalmente por la oferta de actividades de montaña como senderismo y escalada, así como los grandes atractivos de su paisaje, en el corazón del parque natural de la Sierra Calderona coronada por el pico de El Garbí.

Pero esto ha generado a la vez un grave problema de "inseguridad" entre los residentes y una situación de "caos", al ver cómo cada sábado y domingo se les complica salir a la calle dado el tráfico existente.

A esto se suma la falta de aparcamientos, que lleva a los visitantes a dejar sus vehículos muchas veces en las mismas puertas de las casas, obstaculizando su salida. También en la misma carretera, alterando la visibilidad o en otras zonas no habilitadas para ello, con "el peligro" que esto genera. "Los padres no quieren que sus hijos salgan a jugar a la calle por temor a que sean atropellados dado el tránsito que existe", contaba a Levante-EMV el alcalde, Francisco Garriga.

Solo residentes

Hartos de esta situación, que se ha acrecentado desde la pandemia, el alcalde ya ha adelantado que "al casco urbano solo podrán entrar los residentes, el resto deberán subir a pie y dejar los vehículos fuera de la localidad". Una alternativa con la que también quieren minimizar las emisiones de CO2.

Según el seguimiento que lleva realizando desde hace meses el ayuntamiento, Segart registra cada fin de semana ente 350 y 400 vehículos, lo que supone una media de más de 600 personas en dos días, cifra que casi cuadruplica su población de 167 habitantes.

Soluciones

Para acabar con esta situación, el consistorio ya trabaja en otras soluciones que regulen el tráfico sin perjudicar ni poner freno a la llegada de senderistas, visitantes y turistas que, sin duda, también revitalizan la economía local, un aspecto muy importante para un municipio en riesgo de despoblación. Entre las medidas que se están llevando a cabo destaca la construcción de una circunvalación entre la CV-329 y la entrada al pueblo. Una rotonda de importantes dimensiones que permitirá desviar el tráfico hacia las urbanizaciones, de manera, que los visitantes que quieran acceder a las zonas de montaña podrán hacerlo sin tener que cruzar el casco urbano. Un proyecto que lleva varios años de retraso y que espera arrancar antes del verano, una vez concluyan las obras de remodelación del centro de la localidad, actuación con la que se implantará la plataforma única, eliminando las aceras, para optar por calzadas al mismo nivel que acaben con las barreras arquitectónicas. Intervención que retrasará dos meses más la circunvalación.

Aparte de esta, se pretende habilitar una zona de aparcamiento bajo la rotonda, con la que dar respuesta a las pocas plazas de aparcamiento existentes en la localidad. Medidas varias, con las que el ayuntamiento quiere garantizar la seguridad de sus calles y la tranquilidad de sus vecinos, "Queremos devolver la vida a las calles y que estas vuelvan a ser de los vecinos, no de los coches, sin renunciar a los turistas y visitantes", terminaba el alcalde.