Los homenajes más deseados en Sagunt

Dos vecinos reciben un cálido reconocimiento por su centenario y se confirman como ejemplo de superación

Reconocimiento en Sagunt a los 100 años de Ana María y Francisco

Daniel Tortajada

Mónica Arribas

Mónica Arribas

Sagunt

Llegar a los cien años acompañados de familiares y amigos. Esto es lo que han logrado los dos centenarios a los que hoy ha rendido homenaje el Ayuntamiento de Sagunten el salón de plenos, mientras muchos de los asistentes acariciaban el deseo de llegar tan bien a una edad así.

Con la única ayuda de un bastón y la mente lúcida, Ana María Lorente presumía de nietos y biznietos después del acto, admitiendo a Levante-EMV que una distinción así «no se la esperaba».

Francisco Aranda Huerta también mostraba un brillo especial en los ojos tras recibir una placa conmemorativa en un acto presidido por el alcalde de Sagunt, Darío Moreno y la concejala de Servicios Sociales, Nuria Carbó. 

Los dos centenarios se confirmaron como ejemplos de superación, tras haber vivido la dura Guerra Civil y la post-guerra.  

Vida dedicada al campo

Francisco ha pasado su vida dedicada al campo, pero de joven estudiaba por las tardes y también se esforzó en aprender música. Cuando ya iba a elegir un instrumento, la muerte de su mejor amigo le separó de esta pasión durante un largo tiempo pues era un camino que estaban recorriendo juntos. Aún así, volvió a la música e hizo de esta uno de sus pilares, mientras mantenía su entrega total a sus hijos y nietos, así como su amor a las tradiciones locales «como saguntino de pura cepa, entusiasta de la Semana Santa o las Fallas», se explicó.

Empleada doméstica

Ana María nació un 3 de abril en la Font de la Figuera pero solo pudo ir diez años al colegio pues la muerte de su padre en 1935 ya hizo que su vida cambiara de forma drástica. Después, la guerra civil hizo el resto, por lo que ella acabó fregando pisos y lavando ropa, para luego marcharse a València capital «a servir» y ganarse la vida como empleada doméstica. Pese a esta distancia, un vecino de la Font de la Figuera logró casarse con ella en 1954 y decidieron establecerse en el Port de Sagunt «a una calle Colón que aún era de tierra y cuando no todas las casas tenían agua corriente». A partir de ahí, la familia creció y prosperó. «Está muy bien de salud y puedes mantener cualquier conversación. Solo se queja a veces de las piernas», resumía uno de sus nietos, el edil Alejandro Vila (Vox) mientras otro familiar matizaba que «le falla a veces un oído y, aunque no se acuerde de lo que ha comido, de cuando era joven, sí».

"Ejemplo"

El alcalde ha destacado que Ana María y Francisco no solo forman parte de la historia de Sagunto, sino de la historia del conjunto de España: «Os habéis convertido en una buena noticia para nuestro municipio porque sois un ejemplo de que cada vez nuestra ciudad tiene una mejor calidad de vida, sois una muestra de que vivimos en un mejor presente», dijo.

La concejala de Servicios Sociales ha querido expresar su más sincero reconocimiento: «Con vuestras experiencias y recuerdos, sois verdaderos testimonios vivientes de la historia de nuestro municipio. Gracias por recordarnos que cuando la vida se vive con dignidad es el mejor regalo que podemos celebrar», expresó.

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