Darío nos vacía los bolsillos

El afán recaudatorio del actual equipo de gobierno de Sagunto ha superado todos los límites. A los vecinos y vecinas ya no nos basta con asumir tasas abusivas como el reciente “basurazo”; ahora pretenden vaciar aún más nuestros bolsillos imponiendo tarifas a la práctica deportiva infantil.

El nuevo sistema de tasas por el uso de instalaciones públicas —entre 3 euros diarios y hasta 50 por hora— amenaza con dejar fuera del deporte a miles de niñas y niños de nuestra ciudad. Esta medida, lejos de fomentar hábitos saludables y valores educativos, penaliza a las familias que, con esfuerzo, apoyan a clubes modestos que cumplen una función social esencial.

Resulta contradictorio ver a quienes se presentan como adalides de lo público —Darío, Timón y compañía— imponiendo trabas económicas a la práctica deportiva, mientras se fotografían sonrientes entregando trofeos.

Esas mismas instalaciones por las que ahora exigen pago, presentan deficiencias escandalosas: piscinas sin climatización, pabellones cerrados por averías y césped artificial que parece lija.

Un equipo de fútbol, balonmano o gimnasia que deba pagar casi 300 euros por utilizar un campo no está siendo respaldado: está siendo exprimido.

¿Dónde queda el compromiso con el deporte base, con la salud infantil o con la igualdad de oportunidades?

Esta decisión no es solo injusta: es el reflejo de una gestión municipal deficiente, incapaz de planificar presupuestos realistas ni de priorizar el bienestar ciudadano. Si tras años de impuestos desproporcionados la única solución sigue siendo cobrar más por menos, quizás quienes nos gobiernan deberían dar un paso al lado.

Exigimos un presupuesto que responda a las verdaderas necesidades de la ciudad. Menos fotos, más soluciones. Y cuando vean a un concejal entregar una copa a su hijo, recuerden cuánto han tenido que pagar por ese momento. Porque la sonrisa de nuestros hijos no debería tener tarifa.