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El empresario del Garbí afea el aspecto de la ermita tras dejar de tener la llave

Critica que las piñas se acumulan en su interior, aunque el alcalde afirma que no es algo nuevo

Aspecto de la ermita, llena de piñas y ramas.

Aspecto de la ermita, llena de piñas y ramas. / Levante EMV

Mónica Arribas

Mónica Arribas

Estivella

El empresario que asegura haber comprado la ermita del Garbí por mucho que el ayuntamiento sostenga que está registrada a su nombre, José Ramón Mateu, ha afeado el estado que presentaba el lugar hace unos días, llena de piñas y ramas; un hecho que, según el gobierno local, se ha producido otras veces en los últimos años tras acciones premeditadas "y sin sentido aparente" que luego llevan a limpiezas periódicas.

El que fuera edil de Vox en Estivella hasta que hace poco renunció al cargo achaca ese aspecto a que él ya no tiene la llave del lugar sino que está en el consistorio desde que se dictaron medidas cautelares y tanto agentes ambientales de la Conselleria como responsables municipales cambiaron el candado.

A su juicio, esa imagen llena de piñas "contrasta con la limpieza" que presentaba cuando él lo abría este verano cada fin de semana a los visitantes, después de que el pasado 19 de julio se descubriera que había cambiado por sorpresa la cerradura, alegando haber adquirido tanto el templo como un terreno anexo que formaba parte de una antigua fonda. "Entonces estaba impoluta cuando yo, como propietario, según las escrituras, la cuidaba y limpiaba", dice.

El empresario y el ermitaño, con unos visitantes.

El empresario y el ermitaño, con unos visitantes. / Levante-EMV

Mateu asegura que la ermita ofreció este reciente aspecto "de abandono" el mismo día en el que estaba prevista la tradicional peregrinación desde el pueblo a la ermita; un acto que se anuló por la lluvia. "Es una vergüenza el estado en que se encuentra. Me pregunto yo dónde están las medidas cautelares de los políticos en el área recreativa del Garbí, estando el camino imposible de transitar para los niños y personas con movilidad reducida, todo lleno de barro y piedras, imposible andar por ahí", dice insistiendo en su idea de que ese tramo se debería asfaltar y hacer en lo alto "un gran parking de coches", por mucho que la zona esté en pleno parque natural de la sierra Calderona y sus responsables lleven tiempo haciendo campañas para reducir la presencia de vehículos rodados.

Estado de la ermita.

Estado de la ermita. / Levante-EMV

"No es novedad"

El alcalde, Francesc Mateu (Compromís), resta importancia a lo ocurrido mientras prosiguen las acciones para aclarar la propiedad de la ermita y asegura que el lugar siempre se limpia poco antes de la peregrinación, esa misma mañana. "El que aparezca con piñas en su interior no es novedad y además, antes del acto, se tira murta", explica. El primer edil reconoce que "lo de las piñas ya hace tiempo que pasa y los operarios del ayuntamiento van de cuando en cuando y las quitan. También hay gente que las pide para encender la chimenea por lo que van y se las llevan", asegura a preguntas de este diario. Aún así, afirma que el ayuntamiento "está intentando poner una solución para que no puedan echarlas".

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