"Alguien que tiene el valor de subirse a una MotoGP, ponerse a 350 kms/h. y competir con los mejores no me parece alguien que se vaya a retirar. Así que hasta que no oiga de su boca que se está planteándose su futuro, yo seguiré pensando lo que pienso de Valentino Rossi, que es un piloto extraordinario y que, ¡ojalá! yo, con 40 años, sea capaz de competir como él". [Sigue en directo el Gran Premio de la República Checa]

Marc Márquez (Honda), de 26 años, siete veces campeón del mundo de motociclismo, el pentacampeón más joven de la historia de la categoría reina, líder destacado este año, fue muy claro, el pasado sábado, cuando, antes de participar en la Allianz Night Run atlética, en Montmeló, le preguntaron por los cientos de rumores que señalan que, dada su pésima campaña (nunca antes, tras las nueve primera carreras del año, Valentino Rossi había sumado tan pocos puntos), el Doctor, nueve veces campeón del mundo, se estaría planteando retirarse, a finales de la presente campaña, y no cumplir el año que le queda de contrato (2020) con el equipo oficial de Yamaha.

La versión de Márquez es la versión que tiene todo el paddock del Mundial de MotoGP. Es decir, es verdad que Rossi no está haciendo una gran campaña, pero empezó siendo, con sus dos segundos puestos en Argentina y Austin, el mejor piloto de la firma de los diapasones. Nadie en los boxes del Mundial dan por acabado al Doctor, que, ciertamente, se ha convertido más en un piloto de domingo que en un piloto de fin de semana, en el sentido de que suele dosificar los esfuerzos viernes y sábado para vaciarse en la carrera.

Es evidente que la victoria de Maverick Viñales, así como el gran papel (sin grandes resultados el domingo) del joven rookie francés Fabio Quartararo a los mandos de la Yamaha satélite de Petronas, deja en un mal lugar a Vale, que, junto a su veterano técnico, el italiano Silvano Galbusera, sigue sin saber cómo poner a punto la Yamaha, pese a examinar a diario las telemetrías tanto de MVK como del Diablo. "Somos nosotros los que tenemos que mejorar, de eso no hay duda, y estoy convencido de que, pronto, sacaremos la cabeza", comentó Rossi, que, el pasado fin de semana, se lo pasó en grande haciendo de DJ en la boda de su amigo del alma, Uccio Salucci.

Lo cierto es que todo el mundo habla estos días de la crisis de Rossi, que dura, desde Holanda 2017, más de dos años, es decir, 36 grandes premios. Graziano Rossi, su padre, expiloto, ha comentado en La Gazzetta dello Sport que "estoy seguro de que ya en Brno, el próximo fin de semana, Valentino estará dando lo mejor de sí y que, muy pronto, volverá a luchar por el podio". El pintoresco Graziano reconoció compartir "las preocupaciones de Vale, pero también su optimismo. Y sobre todo me gustaría verlo correr siempre".

El problema de Rossi no son sus 40 años, ni siquiera que su Yamaha sea o no competitiva, pues tanto Honda como Ducati se han adueñado del Mundial desde hace años. El problema es que la actual parrilla de MotoGP no tiene nada que ver con las parrillas en las que el Doctor sumó tantos títulos.