El francés Fabio Quartararo (Yamaha YZR M 1) se convirtió en la referencia del primer día de entrenamientos en el circuito de Buriram, escenario este fin de semana del Gran Premio de Tailandia de MotoGP, en el que el líder del mundial, Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V), protagonizó el susto gordo al sufrir una espectacular caída "por orejas" durante la primera sesión. [Sigue en directo la carrera del Gran Premio de Tailandia de MotoGP]

A veces las situaciones más ventajosas provocan sobresaltos inesperados en los peores momentos y eso fue lo que sucedió durante la primera sesión de pruebas libres de MotoGP en Buriram. Tanto hablar de la posibilidad de que el español se proclame campeón del mundo de MotoGP por sexta vez, y acabó saltando por los aires y golpeándose estrepitosamente contra el suelo.

Pero, sin correr tanto como ellos, la jornada comenzó como a Márquez le gusta, "metiendo el miedo" en el cuerpo a sus rivales, ya que en apenas tres vueltas ya había conseguido un tiempo por debajo del récord del circuito, con 1.2 segundos de ventaja sobre su inmediato perseguidor y luego 0.8, aunque con el paso de los minutos las diferencias se fueron estrechando.

Hasta que llegó la curva siete. Márquez acababa de salir de su taller y había superado a un Pol Espargaró (KTM RC 16) que estaba protagonizando unos grandes entrenamientos, apenas doce días después de ser operado de una fractura del radio distal del brazo izquierdo, en el que todavía lleva catorce puntos. El líder del mundial se fue entonces con su Repsol Honda a la zona sucia de la pista -eso es al menos lo que piensan en su equipo para dar una explicación plausible- de manera violenta, tras lanzarlo por los aires.

La moto quedó literalmente destrozada sobre la pista y Márquez, encogido en el suelo, enmudeció a todos al no reaccionar inicialmente, lo que suele ser habitual en él, pero el "talegazo" que se dio le dejó literalmente sin respiración.

Poco a poco se fue recuperando pero algo debió "sentir" el piloto, que en lugar de subirse a la moto de Emilio Alzamora, que había acudido presto a atender a su piloto, decidió entrar por su propio pie a la ambulancia, después de bajarse la visera de su casco para que no se percibiesen, probablemente, sus gestos de dolor.

La consecución del título mundial en Tailandia, el sexto en su carrera deportiva de MotoGP, parecía haber dado un traspié importante, máxime cuando se decidió trasladarlo al Hospital de Buriram para realizar una resonancia nuclear magnética tras no apreciar claramente los médicos del circuito el estado general del piloto en la zona del golpe.

Tras poco más de una hora, Alberto Puig, máximo responsable del equipo de competición de Honda Racing Corporation, tranquilizó a todo el mundo con la confirmación de que, salvo por el fuerte golpe que se propinó, Marc Márquez no había sufrido ninguna lesión. Es más, el Director Médico del campeonato, el español Ángel Charte, reconoció sonriendo que el piloto le había echado una "bronca gorda" por haberle mandado al hospital de Buriram.

Propio de su exclusivo y competitivo ADN, el piloto de Repsol Honda salió a la segunda tanda libres con un claro objetivo, demostrarse a él mismo que no había pasado nada y también, de paso, demostrárselo a sus rivales, por lo que en apenas unas vueltas ya había conseguido rebajar su mejor tiempo personal y el hecho de que al final se viese relegado a la sexta plaza apenas se quedó en una mera anécdota.

No le hizo falta aprovecharse de las circunstancias al francés Fabio Quartararo (Yamaha YZR M 1), uno de los rivales más fuertes de Márquez en este final de temporada y quien parece estar llamado a ser su obstáculo más duro en un futuro próximo, para conseguir el mejor tiempo de la jornada, secundado por otros dos pilotos de Yamaha, el español Maverick Viñales y el italiano Franco Morbidelli, con Valentino Rossi en la quinta posición, señal inequívoca de que las motos de Iwata funcionan en este trazado.