El español Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V), matemáticamente campeón del mundo de MotoGP 2019 desde la carrera de Tailandia, llega con los deberes hechos al Gran Premio de Japón de la especialidad que se disputa este fin de semana en el circuito de Motegi, por lo que liberado de la presión bien pudiera sumar un nuevo triunfo a su cuenta personal en la actual temporada.

Márquez suma por podios todas las carreras que ha concluido en la presente temporada, con nueve victorias y cinco segundas posiciones, con un sólo cero en uno de sus circuitos favoritos, el de Austin, en Estados Unidos. Así, ese será el primer objetivo del ya flamante campeón del mundo de MotoGP, mantener su estadística sobre el podio, bien al luchar por ganar la carrera o, como mal menor, acabar sobre el mismo, algo que por otra parte siempre ha hecho en Motegi desde que llegó a la categoría reina del motociclismo, salvo en 2015, que fue cuarto.

El piloto de Repsol Honda ha ganado en dos ocasiones, en 2018 y 2016, mientras que fue segundo en tres ocasiones (2017, 2014 y 2013), y "sólo" tiene el lunar de esa cuarta posición en 2015, además de la estadística negativa que él mismo recuerda de fallar justo tras conseguir el título mundial, un "mal hábito" que quiere enmendar en la presente temporada.

Y hablando de estadísticas, éstas le favorecen de pleno, pues su hasta ahora rival más directo por el título, el italiano Andrea Dovizioso y su Ducati Desmosedici GP19, llegan a un trazado que no les resulta demasiado favorable, ya que sólo consiguió una victoria en ese escenario el piloto de Forlí, en 2017, y antes que él, el último triunfo de un piloto de Ducati data de 2007, cuando lo hizo por última vez el italiano Loris Capirossi, en lo que fue el fin de una secuencia de tres victorias consecutivas.

En cualquier caso tanto Márquez como Dovizioso deben ser protagonistas destacados en Motegi, salvo que las malas condiciones climatológicas, habituales en esta zona del Pacífico, alteren el normal desarrollo de un fin de semana en el que también tendrán una nueva oportunidad de destacar tanto los pilotos de Yamaha como los de Suzuki. Yamaha logró su última victoria en el feudo de Honda -pues el circuito de Motegi es propiedad del gigante japonés de la automoción y una derrota es tenida siempre en cuenta como una afrenta-, data de 2014 de la mano del español Jorge Lorenzo, que también venció en 2013, aunque las condiciones en las que ahora se encuentran los pilotos del fabricante de Iwata no parecen ser igual de loables.

Ni el italiano Valentino Rossi ni el español Maverick Viñales parecen estar todavía en disposición de "plantar cara" con eficacia al campeón del mundo de la categoría, que ha encontrado en el francés Fabio Quartararo al rival más correoso entre los representantes de Yamaha, que tiene en el piloto de veinte años a su más eficaz representante de los últimos grandes premios. Quartararo se encuentra séptimo en la tabla de puntos, pero a sólo dos de Valentino Rossi, y por tanto con muchas posibilidades de ganar posiciones en el campeonato antes de la conclusión del mismo.

A falta de cuatro grandes premios, en los que un error en los tres primeros, que se disputan de manera consecutiva, Japón, Australia y Malasia, puede condicionar en gran medida el ulterior rendimiento de cualquier piloto que sufra una pequeña lesión, quienes aún tienen objetivos por cumplir deberán asumir el riesgo de arrastrar cualquier pequeña molestia durante todo el periplo transoceánico.