Puede que se trate de la frase de la temporada. O, como poco, de la frase que defina lo que está siendo este apasionante e incierto Mundial de MotoGP. El líder, el veterano italiano Andrea Dovizioso (Ducati), de 34 años, se mantiene como el 'jefe' de la manada tras ser ¡¡¡octavo!!! en el Gran Premio de la Emilia Romana y, al ver la clasificación, "me pongo a reír porque me parece increíble: líder, sin ganar, sin subirme al podio, sin tener velocidad".

Hay bastantes cosas más increíbles alrededor de este líder que encabeza la parrilla de MotoGP a su llegada, este fin de semana, al Circuit de Catalunya y que lo hace con tan solo un punto más que Fabio Quartararo (Yamaha) y Maverick Viñales (Yamaha), y cuatro más que el mallorquín Joan Mir (Suzuki). Estamos ante el triple subcampeón del mundo de MotoGP de los tres últimos años, siempre por detrás de Marc Márquez (Honda), conocido como el 'Cannibale' en Italia.

El hombre que nunca falla

Estamos, pues, ante el piloto que, tal vez, goce de la última oportunidad para ser el campeón de la categoría reina antes de que reaparezca MM93, el muchacho que le ha quitado la gloria estos años. Es más, 'Dovi', que hace ya semanas anunció su divorcio con Ducati al sentirse tremendamente maltratado después de todo lo conseguido a lo largo de ocho años de matrimonio, es el único piloto que no ha faltado a una sola cita del campeonato en toda su historia: lleva 319 grandes premios consecutivos, un tercio de ellos (109) en el podio, 24 victorias y un título, el de 125cc, en el 2004.

Cuentan los que lo conocen bien que Dovizioso vive una época triste e incierta. Un momento psicológico muy duro, que podría, incluso, afectarle a la hora de rendir a tope en un momento clave de su carrera. Y es que el de Forli (Italia) se siente menospreciado por el staff de Ducati, de ahí que no quiera seguir ni un año más con ellos. Tal y como reconoció a 'La Repubblica' puede, sí, "producirse la paradoja de que gane el título y, al día siguiente, esté sin trabajo". De ahí que 'Dovi' lleve escrito en el culo de su mono de carreras la palabra "desempleado", "sin trabajo", en inglés. 'Dovi' siente que Ducati ya no piensa en él y sí mucho en 'Pecco' Bagnaia, cuyos excelentes resultados son, incluso, elogiados en los comunicados oficiales de la fábrica de Borgo Panigale, cuando es piloto del 'team' privado Pramac.Los malditos neumáticos

A este problema psicológico, de mentalidad, fruto de ese duro divorcio, se une otro técnico. "Los neumáticos de este año no hay quien los entienda. Sé qué debo hacer para poder sacarles rendimiento, pero es imposible que lo haga. Tampoco sé acertar con la puesta a punto de la moto para esas gomas, ni con el pilotaje adecuado, que es totalmente distinto a lo que he estado haciendo en los 20 años que llevo en MotoGP. Es como si a Maradona le hubiesen pedido que jugase de lateral izquierdo, igual".

"Cuando digo que me rio al ver la clasificación es porque creo que, incluso en estas condiciones, hemos sido lo suficientemente bravos como para arañar puntos en todas las carreras. Me hubiese gustado ver a Marc (Márquez) con estos neumáticos. En Jerez, sí, hizo una de sus exhibiciones, pero no sé como andaría ahora, la verdad, pese a ser un auténtico fenómeno sobre la moto. Me encantaría ver cómo lo haría, sí", señala 'Dovi', que, junto al japonés Takaaki Nakagami, es el único piloto que ha puntuado en las siete carreras disputadas: 3º en Jerez, 6º en Andalucia, 11º en Brno, 1º en Austria, 5º en Estiria, 7º en San Marino y 8º en Emilia Romana. Y, de momento, líder del Mundial.