El italiano Francesco "Pecco" Bagnaia (Ducati Desmosedici GP22) llega al circuito de Spielberg, escenario del Gran Premio de Austria de MotoGP, con el dicho de los grandes toreros bajo el brazo "puerta grande o enfermería", pues en sus siete últimas actuación o ha ganado o ha rodado por los suelos.

Si bien es cierto que el circuito austríaco, a pesar de contar con una nueva variante en la subida tras la recta de meta, es de los más propicios para las condiciones técnicas de las potentes Desmosedici, que han ganado hasta en cinco ocasiones en este trazado.

Esa circunstancia, unida al hecho de que Bagnaia lleva dos victorias consecutivas, en Assen antes del parón estival, y en Silverstone, tras regresar del mismo, le convierten en uno de los favoritos para la cita alpina, aunque obviamente no será el único, pues el duelo por el liderato entre el francés Fabio Quartararo (Yamaha YZR M 1) y el español Aleix Espargaró (Aprilia RS-GP) concentra mucha de la atención del campeonato.

Será muy interesante ver el rendimiento de la Yamaha de Quartararo en un circuito de potencia y velocidad como es el Red Bull de Spielberg, pues el francés va a necesitar de todos los recursos de los ingenieros de la fábrica de Iwata para mantener su ventaja en un campeonato que se puede "apretar" mucho en las próximas convocatorias.

Además, el francés parece ser el único "portaestandarte" de Yamaha, pues ni el italiano Franco Morbidelli, en su propio equipo, ni el surafricano Darryn Binder y el italiano Andrea Dovizioso -que ya ha anunciado que se retira de la competición tras el Gran Premio de San Marino- en el equipo satélite, están en el nivel que de ellos se esperaba.

Su rival directo, por ahora, el español Aleix Espargaró, llega al "Red Bull Ring" con la duda de su recuperación de la pequeña fractura que sufrió en el calcáneo durante los entrenamientos de Silverstone, que le permitirá o no, rendir al máximo nivel, si bien es cierto que los pilotos de MotoGP parecen estar hechos "de otra pasta" y sus períodos de recuperación suelen ser mucho más cortos que los de cualquier humano.

Por si acaso, para "echarle una mano", cada vez tiene más cerca en rendimiento y prestaciones a su compañero de equipo, Maverick Viñales, quien en Austria tiene una "deuda pendiente", pues en este escenario se produjo el pasado año la ruptura con Yamaha y aquí es donde a él le gustaría "reencontrarse" con la victoria, tras dos podios consecutivos con el fabricante de Noale, pues acabó tercero en Assen y segundo en Silverstone.

En Ducati, junto a "Pecco" Bagnaia pueden tener su "cuota de representación" pilotos como el italiano Enea Bastianini y el español Jorge Martín, ganador el año pasado, que se juegan la segunda plaza en el equipo oficial para 2023, además del francés Johann Zarco o el australiano Jack Miller, que seguro que intentará marcharse del equipo oficial de Borgo Panigale por la puerta grande, con una victoria bajo el brazo.

Otros de los protagonistas "naturales" en la cita austríaca debieran ser los pilotos de KTM, por su condición de locales, si bien no parecen encontrarse en su mejor momento de forma técnica ni el surafricano Brad Binder ni el portugués Miguel Oliveira, aunque todo puede cambiar en un trazado que todos ellos conocen muy bien y en el que su gran objetivo debe ser "reencontrarse" con la afición "naranja", que conocerá oficialmente el regreso de uno de los grandes artífices de la evolución de la RC 16, el español Pol Espargaró.

Tras su paso "gris y anodino" por el equipo Repsol Honda, en Spielberg se anunciará el regreso a KTM, aunque en su equipo satélite Tech3, de Pol Espargaró, mientras se espera a conocer quien ocupará su plaza en el equipo energético español, que todo apunta será para el también español y campeón del mundo de MotoGP en 2020, Joan Mir.

Tanto Mir como Alex Rins, que ya ha anunciado su fichaje por el equipo Honda del italiano Lucio Cecchinello, afrontan su última temporada con Suzuki y en 2023 el gran reto de dar un giro radical técnico a su futuro deportivo, pues ambos van a pasar del motor de cuatro cilindros en línea de la GSX RR al cuatro cilindros en "V" de la Honda.

Ninguno de los dos plantea dudas ante el cambio que van a afrontar y que supone su mayor reto, pero ambos buscan despedirse de la temporada con alguna victoria que, por ahora, se les ha resistido.

Peor está la situación en Honda y su equipo oficial Repsol, pues la ausencia de Marc Márquez, quien probablemente visitará el "Red Bull Ring", aunque sin subirse a su moto, deja en unas condiciones muy precarias al potente fabricante japonés, que cosecha el peor período deportivo desde que disputa el campeonato del mundo de motociclismo.

Ni Pol Espargaró, ni el japonés Takaaki Nakagami ni el también español Alex Márquez, además del probador alemán Stefan Bradl, parecen estar en disposición de poder pelear, tan siquiera, por el podio, lo que ya hace tiempo hizo saltar todas las alarmas en el "gigante nipón", que tendrá que protagonizar una auténtica revolución para 2023 si quiere recuperar su "cuota" de protagonismo en la categoría reina del mundial.