Motociclismo

Espargaró: "Iba empanado en bici, he atendido el móvil y me he caído. ¡Menuda cagada!"

El mayor de los Espargaró, líder de Aprilia y piloto revelación del 2022, arruina su GP al caerse de la bici cuando reconocía el circuito de Mugello, el pasado jueves, y atendió el móvil

Aleix Espargaró.

Aleix Espargaró.

Emilio Pérez de Rozas

Era el primer entrenamiento de hoy, el que estrenaba el Gran Premio de Italia, una de las casas de Aprilia y Ducati, es decir, un fin de semana talismán. Y, de pronto, a los diez minutos, el veterano Aleix Espargaró, de 33 años, la estrella de la firma de Borgo Panigale y la revelación del pasado año, se detuvo en su boxe, dejó la moto, se sentó y rompió a llorar, a lágrima viva. Nadie entendía nada. Siguió el entrenamiento, hizo lo que pudo y más y, a media tarde, contó lo que le había ocurrido. Horrible. Incomprensible. Todo un ejemplo de lo que nos pasa, a diario, cuando vamos en coche, en moto, en bici o, incluso, andando: se estrelló en plena recta de Mugello cuando iba reconociendo el trazado, el pasado jueves, y atendió el móvil. “La mayor cagada de mi vida. Una vergüenza. Imperdonable”, contó el mayor de los Espargaró con la sinceridad que le distingue.

“Sabemos que todos los atletas cuando se entrenan, corren peligro de hacerse daño, de lesionarse. Forma parte del juego”, empezó contando Aleix. “Pero no como me ocurrió el jueves, en el circuito, cuando me caí de la bici, cuando estaba dando una vuelta de reconocimiento, por atender el puto móvil, algo que nunca, nunca, se debe hacer. Llevo más de 20 años en el Mundial y es la mayor cagada de mi vida”.

Aleix Espargaró.

Aleix Espargaró. / Emilio Pérez de Rozas

Y es que Aleix no lamenta solo, no, haberse hecho daño (“tengo el talón derecho lleno de sangre, no puedo apoyarlo en la estribera, ni accionar la palanca del freno trasero y tengo la espalda y los brazos repletos de arañazos, quemados”), sino “haber fallado a Aprilia en el gran premio más importante de año, así que voy a hacer lo posible y lo imposible, con la ayuda del doctor Ángel Charte y los fisios, para defender con honor el nombre de mi marca y salvar el GP el domingo”.

El talón le duele tanto “o más” que cuando se rompió el pie en Silverstone (Inglaterra). Charte le ha sacado la sangre que ha podido, le ha pinchado para anestesiar un poco el pie, pero ni así. “Es imposible trazar las curvas de derechas, imposible”. Aleix contó que iba atendiendo a los amigos, que decidió dar el paseo por el circuito pues la ruta montañosa que había preparado por la mañana, por los alrededores de Mugello, “se complicó con la amenaza de lluvia que vi al salir de mi ‘motorhome’ y decidí quedarme en el circuito”.

“Lo que más me duele no es el talón, es la sensación de vergüenza con el equipo, pues es una cagada inadmisible en un profesional”

Aleix Espargaró

— Piloto oficial del equipo Aprilia Racing

“Iba empanado, ha sido una cagada, me he caído por algo que no se debe hacer. Yo, cuando voy por la ciudad o por carretera, ¡jamás! uso el móvil pero, bueno, cuando sales en el circuito crees que está todo controlado, no hay nadie y te despistas”, siguió contando un avergonzado Espargaró, que no explicó el incidente públicamente “porque no hacía falta”. Algún miembro de Aprilia se lo chivó a Sky Italia TV y, tras verle llorar en el boxe, no tuvo más remedio que explicar lo que había sucedido.

“Lo que más me duele no es el talón, ni la espalda, ni los brazos sino la sensación de vergüenza con el equipo, pues es una cagada inadmisible en un profesional”, dijo Aleix, que explicó que uno de sus jefes, Massimo Rivola (director deportivo de Aprilia Racing) me ha contado que se ha comido un marrón guapo con nuestro CEO (Roberto Colaninno), pero han sido muy, muy, comprensibles aunque yo seguiré pidiéndoles disculpas hasta que acabe el GP. No tengo donde esconderme, la he cagado, me he equivocado, les he pedido perdón 30 veces e, insisto, voy a poner todo lo que esté de mi parte con el doctor Charte y mis fisios, para el domingo estar a la altura”.