Pedro Pelagio, Barcelona

Ocho años atrás, Porsche presentaba el Cayenne. La irrupción de la mítica firma alemana en el mercado de los todo terreno llegó a interpretarse por muchos como todo un sacrilegio a una dilatada historia de deportivos y grandes éxitos en competición. Una visión que no coincidía en absoluto con la dirección de la marc que tenía muy claro el éxito de posicionamiento de su nuevo producto. Y así fue.

Desde entonces, Porsche se ha situado como uno de los principales protagonistas del sector de los grandes SUV de lujo, hasta le punto de batir todas las previsiones de ventas imaginadas. Una posición de referencia que la marca consolida ahora con la tercera generación de un modelo que, manteniendo todo si carácter "off-road", refleja mejor que nunca la identidad deportiva que caracteriza al al resto de vehículos de la gama Porsche. Esta afirmación se hace evidente al echar un pequeño vistazo a las nuevas líneas que caracterizan a su carrocería. Unos trazos suavizados, y que han afectado sobre todo a su parte posterior y a los grupos ópticos, tanto delanteros como traseros. Todo ello en una distancia entre ejes que ha crecido 40 mm, lo que garantiza un espacio extra y mayor versatilidad en el interior. El nuevo Cayenne es 48 mm más largo que su antecesor, aunque con una apariencia claramente más compacta y dinámica.

Más potencia, con menos consumo

Lideradas por el Cayenne S Hybrid, todas las versiones de esta nueva generación se convierten en referente en cuanto a eficiencia y prestaciones en sus respectivos segmentos. En comparación con los modelos a los que sustituye, el consumo de combustible se ha reducido en un 23%, ya que el nuevo Cayenne, como el resto de los Porsche, ha sido desarrollado de acuerdo con el principio "Porsche Intelligent Performance": más potencia con menos consumo, eficiencia superior y menores emisiones de CO2.

Estos resultados se consiguen a través de diversas mejoras, como la llegada de una nueva transmisión automática Tiptronic S de ocho velocidades con sistema Auto Start Stop, así como con la gestión térmica del circuito de refrigeración para el motor y la transmisión, la gestión energética del vehículo, la desconexión variable del motor de combustión y la construcción ligera inteligente.

Motorizaciones

El primer escalón de la gama Cayenne es el ocupado por el motor V6 de 3.6 litros, el cual ha incrementado potencia hasta los 300 CV, y ha bajado su consumo (9,9 l/100 km) aproximadamente un 20% con la transmisión opcional Tiptronic S.

El Diesel, con su motor V6 de 240 CV y 550 Nm de par máximo, reduce también el consumo de combustible en un 20% y pasa de 9,3 a 7,4 l/100 km. De la misma forma, el propulsor V8 de 4.8 litros y con un extraordinario par que equipa al Cayenne S disminuye significativamente el consumo de gasolina, en este caso en un 23%, hasta los 10,5 litros por cada 100 kilómetros de promedio. Al mismo tiempo, el nuevo motor desarrolla 400 CV en lugar de los 385 CV que tenía anteriormente, por lo que ofrece mejores prestaciones, como ocurre con todas las versiones de la nueva generación del Cayenne.

Un panorama también aplicable al Cayenne Turbo, con su mecánica V8 biturbo de 4.8 litros y 500 CV, que consume sólo 11,5 l/100 km. Si sumamos el Cayenne S Hybrid, tres de las cinco variantes del Cayenne tienen un consumo de combustible inferior a los 10 litros por cada 100 kilómetros y dos de ellos emiten menos de 200 gramos de CO2 por kilómetro.

S Hybrid

Con sus 193 g/km, el S Hybrid no es sólo la versión con el nivel de emisiones más bajo, sino también el vehículo más limpio de toda la gama Porsche. Con la interacción inteligente del propulsor 3.0 V6 sobrealimentado y el motor eléctrico, el Cayenne S Hybrid busca siempre la máxima eficiencia de todo el sistema. En función de las condiciones de conducción el vehículo alcanza su objetivo, bien utilizando solamente uno de los motores o con ambos trabajando de forma conjunta.

En este contexto, el motor eléctrico de 47 CV es el socio perfecto para los 333 CV del propulsor de combustión que, gracias a la sobrealimentación, alcanza un elevado par a bajas revoluciones. Las dos unidades juntas desarrollan una potencia máxima de 380 CV y un par máximo de 580 Nm a sólo 1.000 rpm, es decir, unas prestaciones similares a las del Cayenne S con el motor V8.