La Dirección General de Tráfico (DGT) estrenó el pasado año un tipo de radar más pequeño que los antiguos e inalámbrico. Los llamados Velolaser destacan, pese a su reducido tamaño, por ser dispositivos muy efectivos cuyo uso se está extendiendo por todo el territorio nacional.

Estos radares pueden actuar en diferentes carreteras, desde autovías, hasta zonas urbanas, pasando por carreteras convencionales. Debido a su tamaño pueden encontrarse colocados sobre un trípode, acoplados a los quitamiedos o en alguna infraestructura, como pórticos. Donde no se podrán observar será en las motocicletas de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, ya que no está permitido.

La presencia de estos radares se espera principalmente en vías convencionales, cuyo límite de velocidad se ha reducido a 90 km/h. Estos dispositivos pueden encontrarse en lugares incluso fuera de los tramos señalizados o de los tramos con controles frecuentes de velocidad.

En los últimos meses, la Guardia Civil ha aumentado el despliegue de estos radares. En un principio su puesta en marcha fue lenta, aunque a algunos conductores ya les han llegado las primeras multas provenientes de los Velolaser. Tal y como informaron las autoridades estos dispositivos deberían estar completamente operativos, como tarde "a principios de 2019".

Estos pequeños radares, poco más grandes que una cámara de fotos, no necesita ningún cable para su funcionamiento. Se conecta inalámbricamente a una Tablet cercana. Si el aparato, que calcula la velocidad del objeto móvil mediante ondas, detecta que se sobrepasan los límites de velocidad, la Guardia Civil dará el alto unos kilómetros más adelante.

Social Drive, la aplicación móvil, ha publicado un listado con las ubicaciones donde más suelen colocarse este tipo de dispositivos portátiles. El mapa, con más de 200 localizaciones, irá ampliándose según los usuarios de esta App vayan informando de nuevas localizaciones.