La Policía Local mantiene durante el periodo estival su dispositivo móvil de controles de velocidad, aunque debido a que la plantilla se reduce por las vacaciones, en ocasiones no cuenta con patrullas suficientes para detener a los vehículos infractores. Según explican fuentes del cuerpo, pese a que no se le comunique en el acto la denuncia a quienes rebasan los límites de velocidad, las multas se tramitan de la misma manera que si un radar fijo «cazara» a un conductor.

Cada día se instalan unos 12 controles preventivos de velocidad en distintas avenidas y calles de la ciudad, además de los radares fijos que se ubican en los túneles de la avenida Corts Valencianes, la avenida del Cid y Hermanos Machado. Normalmente, aquellos que son móviles cuentan con una patrulla con el radar que capta las infracciones y otra (o varias) que unos metros más adelante detienen a aquellos vehículos que han superado los límites, para proceder a informar de la sanción e imponerla en en el acto. Debido a las vacaciones que disfruta parte de la plantilla en verano y que ésta tampoco anda sobrada de efectivos tras las últimas 165 prejubilaciones, los controles se realizan sin una patrulla que detenga a los vehículos.