Todavía tenemos en la mente las imágenes de las devastaciones que la gota fría ha provocado en el sureste peninsular. Las fuertes lluvias y los intensos vientos han desencadenado deslaves e inundaciones, causando la muerte de cinco personas y dejando a casi cuatro mil personas sin casa. Este verano 2019 se ha despedido de la peor forma, anticipando la llegada del otoño que, muy probablemente, será problemática para muchos conductores de coches y camiones.

El mal tiempo es una de las causas principales de accidentes en la carretera. Las condiciones climáticas adversas condicionan significativamente el estilo de conducción. Factores de riesgo, como la escasa visibilidad o la falta de agarre, son elementos muy típicos de los meses fríos. Inevitablemente, contribuyen a aumentar las situaciones de peligro. Sin embargo, no todo depende exclusivamente de factores externos.

Para evitar posibles imprevistos y garantizar la seguridad de todos, es fundamental revisar constantemente nuestro vehículo. Frente al otoño y al invierno tenemos que verificar con atención el funcionamiento de luces, frenos, amortiguadores y, sobre todo, el estado de desgaste y conservación de los neumáticos. Son ellos, de hecho, nuestros principales aliados contra el mal tiempo.

Neumáticos en buen estado, sinónimos de seguridad

Cuando llega el otoño, antecámara del invierno, aumentan las precipitaciones y a menudo es posible que las condiciones climáticas cambien repentinamente. Eso significa que, en líneas generales, es posible que nos encontremos con carreteras parcialmente húmedas o completamente mojadas, debido a las lluvias de temporada. Pues, para poder reducir las posibilidades de accidentes es crucial montar siempre unos neumáticos en buen estado.

Si las ruedas de nuestro coche no garantizan suficiente agarre y estabilidad, debido a la cristalización del caucho, el excesivo desgaste o una presión inadecuada, aumenta el riesgo de aquaplaning (o hidroplaneo). Esta situación provoca el deslizamiento de los neumáticos y la pérdida de control sobre el vehículo. El problema es que el dibujo de las cubiertas en mal estado impida la correcta evacuación del agua. No hace falta que la velocidad sea demasiado sostenida: una gran cantidad de accidentes automovilísticos se producen simplemente porque no nos hemos dado cuenta del pésimo estado de las ruedas.

¿Cuándo hay que cambiar los neumáticos?

Hay cuatro métodos que permiten controlar el estado de salud de las ruedas del coche. El aspecto más importante es la profundidad de nuestros neumáticos. Para verificar si podemos circular con ellos con toda seguridad, es posible utilizar uno de estos 4 métodos:

  • Profundímetro: el más utilizado por los profesionales, permite verificar el espesor de la rodadura (no puede ser inferior a los 1,6 milímetros).
  • Indicadores de desgaste: suelen ser el logotipo de la marca, los números y el TWI (Indicador de desgaste de la banda de rodamiento); la desaparición parcial o total de estos indicadores será crucial para cambiar las ruedas.
  • Método camaleón: es un sistema utilizado por algunos fabricantes asiáticos; cuando el neumático alcanza su límite de desgaste, será visible una capa de caucho de un color distinto.
  • Truco de la moneda: hay que introducir una moneda de 2 euros en las ranuras de la rueda (otra de 1 euro para los neumáticos de verano) y verificar que las estrellas del borde no sean visibles. Si estas aparecen y salen del surco, significa que el neumático ha llegado a su límite de desgaste.

Se trata de métodos realmente sencillos y económicos, en muchos casos completamente gratuitos, que permiten evitar accidentes y que garantizan al conductor siempre un control adecuado sobre el vehículo. En caso de dudas, es siempre mejor realizar esta rápida verificación y realizar el cambio de los neumáticos lo antes posible.

Neumáticos de invierno, siempre más fiables

Los fabricantes de neumáticos se han esforzado mucho para ofrecer productos capaces de responder plenamente a las condiciones climáticas más prohibitivas. Las ruedas de invierno de última generación ofrecen seguridad y confort: representan la mejor alternativa para quien vive en alta montaña. Son fundamentales a partir de los 1.000 o 1.200 metros, sobre todo en caso de carreteras frecuentemente nevadas o con hielo.

Los compuestos de caucho utilizados y el diseño de la banda de rodamiento han mejorado mucho. Los modelos actuales "M+S" (Mud and Snow) brindan al conductor más adherencia, aseguran la correcta tracción, reduciendo la distancia de frenado. En pocas palabras, sustituyen por completo a las tradicionales cadenas de nieve. Es importante tener presente que otras soluciones como las cadenas textiles o las cadenas en spray no son recomendables.

Neumáticos All Seasons, seguridad todo el año

Para todos los que viven por debajo de los mil metros, seguramente la mejor solución es montar los famosos neumáticos 4 estaciones(All Seasons en inglés). Igual que los de invierno, presentan una banda de rodadura de patrón asimétrico que permite expulsar el agua hacia la parte externa del vehículo.

Este tipo de ruedas responden a las necesidades de la mayoría de los territorios peninsulares. Estamos hablando de zonas con precipitaciones constantes en otoño e invierno, escasa pero posible presencia de nieve y posibilidad de situaciones críticas en suelo húmedo o mojado. Teniendo en cuenta que los neumáticos de seco se pueden montar solo en zonas muy soleadas y con altas temperaturas, estas son las cubiertas que representan el mejor compromiso entre los neumáticos de invierno y los de verano.

Consejos para conducir de forma segura en otoño e invierno

Para afrontar los meses fríos sin preocupaciones, los expertos de MuchoNeumatico.com (la tienda de neumáticos online mejor valorada de España, según TrustPilot) han creado un pequeño listado con algunos consejos claves que os ayudarán a conducir con toda seguridad y evitar los principales peligros de las carreteras cuando llueve o nieva:

  1. Verificar periódicamente el estado del vehículo: neumáticos, frenos, amortiguadores, luces.
  2. Montar los neumáticos adecuados al tipo de zona geográfica: de invierno en alta montaña, de verano en zona con precipitaciones escasas o nulas, All Season en todos los demás territorios.
  3. Elegir ruedas con mejor agarre sobre mojado: es aconsejable elegir esas ruedas con valores ‘A’ o ‘B’ en la etiqueta europea de neumáticos.
  4. Reducir la velocidad en caso de lluvia, nieve o hielo.
  5. Aumentar la distancia de seguridad.
  6. Conducir con suavidad, evitando movimientos bruscos e improvisos.
  7. Mejorar la visibilidad, manteniendo limpios los cristales del coche y verificar el correcto funcionamiento de los limpiaparabrisas.
  8. Salir con el tiempo suficiente, para conducir sin prisa.
  9. Evitar posibles distracciones, como el móvil.
  10. Descansar bien antes de un viaje y planificar unas pausas si se recorren muchos kilómetros: esto aumentará la atención y la capacidad de reacción frente a posibles imprevistos.
  11. Las luces encendidas, también de día.
  12. Informarse de las condiciones climáticas para viajar en el mejor momento.

Como hemos visto, los neumáticos nos ayudan a aumentar el nivel de seguridad en la carretera, sobre todo si las condiciones del tiempo son particularmente adversas. Para evitar imprevistos y limitar la posibilidad de accidentes, vale la pena invertir un poco de tiempo en el mantenimiento del propio vehículo, empezando por las ruedas. Recordad controlar siempre el estado de desgaste de los neumáticos y elegir el modelo más adecuado según la zona geográfica para poder conducir con total seguridad.