Después de seis meses para que los ciudadanos se hayan concienciado, el próximo martes entrará en vigor el nuevo Reglamento General de Circulación, fruto de la modificación del existente, aprobado el pasado 21 de noviembre. Entre las medidas pacificadoras más relevantes, destaca la de la limitación de la velocidad a 30 km/h en el 70% de las calles de las ciudades españolas.

Con la nueva norma el límite de velocidad en núcleos urbanos será de 20 km/h en vías que dispongan de plataforma única de calzada y acera, 30 km/h en las de único carril por sentido de circulación (siete de cada diez calles en España) y de 50 km/h en las que dispongan de dos o más carriles por sentido. Muchas de las ciudades españolas ya han establecido la limitación de 30 km/h en algunas de sus calles a través de ordenanzas municipales, por lo que la medida propuesta desde Dirección General de Tráfico (DGT) no hace sino consolidar la limitación de velocidad.

La necesidad de buscar ciudades "más amables, más humanas, donde puedan convivir de forma más segura los distintos usuarios de la vía", según apunta el director de la DGT, Pere Navarro, tendrá en esta medida un buen punto de apoyo. En 2019 (antes de la pandemia), los fallecidos en accidente de tráfico en las vías urbanas aumentaron un 6 %, mientras que en las carreteras se redujeron en la misma proporción. Además, el 82 % de las víctimas en ciudades ese año fueron usuarios vulnerables (peatones, ciclistas y motoristas).

Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el riesgo de que un peatón fallezca tras ser arrollado por un vehículo es hasta cinco veces menor si éste circula a 30 km/h que a 50 km/h. Según el presidente de la Comisión de Transportes, Movilidad Sostenible y Seguridad Vial de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Alfonso Gil, la nueva medida "va a posibilitar que el transporte público tenga ventaja competitiva, que la convivencia con la bici y el patinete se normalice y que el peatón se vea más protegido".