El futuro de la movilidad es eléctrico. Eso es un hecho, pero aún genera debate el transporte de mercancías o el transporte público de largo alcance por las distancias que se deben recorrer y la necesidad de parar a recargar varias veces, alargando un trayecto que, quizás, podría cubrirse repostando carburante únicamente una vez o ninguna. Un ejemplo sería un viaje de Barcelona a Madrid en autobús, un recorrido de 610 kilómetros que muchas personas hacen cada año.

¿Es viable desplazarse por carretera entre ambas ciudades en un autobús eléctrico? Circontrol, empresa española especializada en soluciones de recarga vehículos, y e-busKar, que distribuye vehículos sostenibles fabricados por Karsan, consideran que sí y así lo han demostrado en una prueba con un autobús eléctrico.

Partiendo de Sabadell a las 6.30 de la mañana, y con el objetivo puesto en San Sebastián de los Reyes, en Madrid, desde Circontrol y e-busKar propusieron un viaje con tres paradas para descansar y recargar la batería del vehículo, un Karsa Atak EV 220 kWh de ocho metros de largo, capacidad para 52 pasajeros y una autonomía máxima de 300 kilómetros. Las paradas se produjeron en Torrefareda, Lleida, en Épila, Zaragoza, y en Trijueque, Guadalajara. En total, el viaje duró apróximadamente 11 horas, alcanzando su destino a las 20.30 de la tarde. Joan Sardà, responsable de marketing de Circontrol, explica que "al ser una prueba piloto, hemos hecho una previsión tanto en número de paradas como en tiempo de recarga mucho mayor al que corresponde en realidad".

Se necesitan más cargadores

El problema no es la capacidad del autobús eléctrico para cubrir largas distancias. De hecho, queda sobradamente demostrada en esta prueba. Según señala Fran Ramis, consejero delegado de e-busKar, "necesitamos más cargadores de alta potencia para que sea viable económicamente en términos de tiempo". De hecho, el trayecto en un autobús de combustión dura alrededor de ocho horas.

Según cifras de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, el 83% de los 11.517 cargadores públicos de España son de carga lenta, algo que juega en contra de la movilidad eléctrica, y solo existen 60 puntos que recarguen con alta potencia. "Es necesario implementar una infraestructura de recarga pública de alta potencia, con la cual los tiempos de recarga de grandes vehículos podrían reducirse a 30 o 45 minutos. Económicamente, no es viable tardar 11 horas en llegar a Madrid. Con cargadores de alta potencia, este tiempo se reduciría drásticamente y entonces sería viable en todos los aspectos", dice Sardà.

De hecho, la prueba ha demostrado la viabilidad logística y operacional del viaje. Es por eso que el mismo Sardà valora la prueba como "muy positiva", contando además en que se realizó en un día muy caluroso en unas condiciones que perjudican la carga de la batería, que es más eficiente en ambientes fríos.

Alcanzar unas emisiones de cero gramos de CO2 por kilómetro

Queda un largo camino por recorrer para que los autobuses 100% eléctricos sean lo habitual, pero desde e-busKar confían en el potencial de este tipo de vehículos. No obstante, Fran Ramis recuerda la emergencia climática y que está prueba no solo sirve para demostrar que se puede, sino que se debe. "Los autobuses urbanos recorren de media entre 200 y 250 kilómetros al día con 25 personas a bordo, emitiendo 56 toneladas de CO2 al año. Si logramos que los eléctricos se carguen con energía renovable, la cifra se reduciría a cero", dice.

"Los autobuses pueden llegar a sitios a los que otro tipo de transporte, como el tren de alta velocidad, no llega", recuerda Ramis. "Debemos apostar todavía más por la movilidad eléctrica", acaba.