Pese a que su presencia en Europa es muy corta, Dodge no podrá evitar su electrificación. La marca norteamericana, famosa por sus enormes motores, potentes y muy ‘tragones’, iniciará muy pronto su transformación, pero no quería despedirse sin más de la gasolina. Los creadores de máquinas como el Viper o las versiones Hellcat del Challenger y el Charger deben su prestigio a este carburante y como es de bien nacidos ser agradecidos, ha decidido montar una verdadero homenaje a la gasolina con ocho coches muy especiales.

Con el Viper ya en los libros de historia y el Challenger y el Charger enfilando el fin de sus días, que se producirá el año que viene, Dodge ha querido ofrecer a sus clientes y seguidores un nuevo motivo para sonreír, u ocho para ser más exactos, en forma de Durango Hellcat y siete versiones especiales para las variantes Hellcat del Challenger y el Charger.

Para el Challenger y el Charger, las siete versiones especiales llegarán con varios colores clásicos de ambos modelos y, en el caso del primero, los compradores podrán convertirlo en un descapotable gracias a un acuerdo de Dodge con Drop Top Customers en Florida. Obviamente, ambos montarán el V8 de 6.2 litros sobrealimentado de 717 CV, cuyo consumo y emisiones mejor no mirar para conducir sin remordimientos.

Más de tres millones de unidades

Producidos en la planta de Brampton, Canadá, de Dodge, desde la llegada del Charger moderno en 2005 se han ensamblado más de tres millones de unidades de ambos modelos. “Tres millones de coches, mil millones de caballos y muchos clientes muy contentos que nos ayudaron a construir nuestra marca”, dice Tim Kuniskis, CEO de Dodge, sin resignarse a celebrar por todo lo alto el fin de dos de sus modelos más famosos de la historia.

Todas las unidades de estas ediciones especiales tendrán una placa conmemorativa con la inscripción “Last Call” (Última llamada) con el nombre del coche y su silueta, así como con la frase “Designed in Auburn Hills, Assembled in Brampton” (Diseñado en Auburn Hills, fabricado en Brampton).

Todas las unidades de estas versiones están en proceso de producción porque llegarán todas juntas y a la vez a los concesionarios. Los que deseen un Challenger convertible podrán cerrar la compra en un concesionario Dodge, que se encargará de enviar el coche a Drop Top Customers para llevar a cabo el proceso. A través de la página web dodgegarage.com, los interesados podrán localizar su unidad favorita, teniendo en cuenta equipamiento y color, para hacerse con una. Entre los colores especiales están el Azul B5, el morado Plum Crazy, el verde Sublime o el gris Destroyer. La intención, según la marca, es “compartir la conexión de un modelo icónico con el pasado de Dodge, llegando a al ocaso de la era de los muscle cars entre los 60 y los 70”.

Además de las nuevas versiones, Dodge también ha incrementado el número de modelos SRT Jailbreak para la gama de ambos modelos, que añaden combinaciones de colores exclusivas y más opciones de personalización. Hasta ahora, estas opciones solo estaban disponibles en las variantes SRT Hellcat Redeye Widebody de ambos coches, los dos con 807 CV de potencia.

Dodge Durango Hellcat

Pese a que los titulares se los llevarán el Charger y el Challenger, Dodge ha decidido recuperar la versión Hellcat para su SUV Durango. Pese a que las intenciones de la marca pasaban por ofrecerla solo durante un año en 2021, la enorme demanda ha propiciado que la compañía estadounidense la recupere para una nueva variante a partir del año que viene.

Con el mismo motor V8 HEMI de 6.2 litros que los otros modelos, este enorme SUV dispone de 720 CV de potencia para acelerar de 0 a 100 en 3,5 segundos, alcanzar los 290 km/h de velocidad máxima y cubrir el cuarto de milla, 400 metros, desde parado en 11,5 segundos. Cifras de escándalo para un coche de 5,1 metros y 2,2 toneladas. En este caso, los interesados podrán realizar sus pedidos a partir de septiembre.

Dodge ha preparado un 2023 lleno de emociones fuertes para despedir a sus modelos más icónicos y a un motor que ha hecho historia. Todo un homenaje para recordar que, pese a electrificarse, la marca se hizo un nombre gracias al máximo rendimiento ofrecido por la gasolina.