Una buena visibilidad es fundamental para aumentar la seguridad durante la conducción, puesto que el 90% de la información que recibimos al conducir nos llega a través de la vista. Por este motivo, el Reglamento General de Conductores establece los requisitos mínimos de visión que debe cumplir un conductor para poder obtener o renovar el carné de conducir.

Los datos que revela la Dirección General de Tráfico (DGT) en su revista de seguridad vial respecto a la visión de los conductores españoles son alarmantes: el 50% de los conductores no se revisa la vista al año, un 8% de los conductores circula con problemas de visión, un 27% tiene deficiencias visuales que afectan a la conducción, y tan sólo un 12% pasa el reconocimiento médico obligatorio.

Debemos tener en cuenta que a medida que aumenta la edad del conductor, aumenta la prevalencia de la enfermedad ocular (cataratas, glaucoma, degeneración macular, etc.), aunque en ausencia de enfermedades oculares, la función visual también se deteriora con el paso de los años. No obstante, los conductores más jóvenes también sufren distintos problemas oculares. Por ello, es importante conducir en óptimas condiciones para la visión, con la mejor corrección posible (gafas o lentes de contacto) y evitando las situaciones de riesgo como, por ejemplo, la conducción nocturna.

Medicamentos que afectan a la visión

Existen ciertos medicamentos cuyo consumo puede interferir con la función visual, aunque se tomen para tratar una afección no ocular. Según la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid, los más importantes son los que poseen actividad anticolinérgica:

Recuerda

Es muy importante que los pacientes comuniquen a su médico u oftalmólogo que son conductores. De este modo, el profesional podrá adaptar el tratamiento de su paciente e informarle sobre posibles efectos y riesgos.