Uno de los momentos más divertidos de la festividad del Corpus es el paso de la "Degolla" (los soldados del rey Herodes) por las calles Cabillers y Avellanas, en lo que supone el final de la Cabalgata del Convite. En ambas vías, los participantes son atacados desde los balcones con pozales llenos de agua, un remojón que también alcanza a todo aquel que por allí osa pasar. El ritual previo es el de la "Penjà de Poals", que realizan los Amics del Corpus, en el que se procede a dejar el señuelo en forma de pozales de agua en ambas calles.