TERCER Y CUARTO PUESTO

Croacia doblega a Marruecos en un entretenido aperitivo de la final

Gvardiol y Orsic marcan los goles de un resultado que vuelve a colocar a los balcánicos en el podio del Mundial, como hace cuatro años | Los africanos terminan en cuarta posición su mejor torneo de siempre

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

Quizá todos los partidos deberían ser así, a medio camino entre la distensión festiva de un amistoso y la paralizante tensión que a menudo provoca un duelo en el que hay demasiado en juego. Un encuentro por el tercer y cuarto puesto de un Mundial se halla exactamente en ese punto intermedio, más si lo juegan dos selecciones a las que no se esperaba en este escalón del torneo. Y el resultado fue magnífico, un partido de fútbol tremendamente entretenido en el que Croacia se impuso con justicia a una Marruecos ya exhausta como aperitivo de la gran final del domingo entre Argentina y Francia.

El combinado liderado por Luka Modric repite así el tercer puesto logrado en Francia 1998 y enlaza dos Mundiales seguidos en el podio, tras ser subcampeona en Rusia 2018. Para Marruecos, la cuarta posición es un mal trago a corto plazo, pero no ensombrece un campeonato histórico para el país, para toda África y para el mundo árabe en general. Dentro de unos años solo se recordarán sus victorias en este Mundial, no sus dos derrotas finales.

Entre lesiones, agotamiento y premios de los entrenadores a algunos suplentes, ambos equipos eran escasamente reconocibles sobre la hoja de alineaciones, especialmente en defensa. Una Croacia sin Juranovic, Lovren, Sosa, Brozovic y Pasalic. Una Marruecos sin Arguerd, Saïss, Mazraoui, Ounahi y Amallah. Diferente armadura para los mismos batallones que con tanto mérito alcanzaron esta batalla. También eran distintos los aficionados marroquíes que llenaban el estadio Khalifa, mucho más festivos y menos guerreros que en encuentros anteriores.

Resumen, goles y highlights del Croacia 2 - 1 Marruecos del tercer y cuarto puesto del Mundial de Qatar

MEDIAPRO

Inicio explosivo

Era, en fin, un día para la diversión y ambas selecciones se afanaron desde el principio en cumplir con el cometido. A los siete minutos, Croacia logró marcar un bellísimo gol en una falta frontal ensayada. Majer envió el balón bombeado hacia un extremo del área, allí Perisic prolongó de cabeza y Gvardiol entró en plancha, como un obús, para perforar la portería de Bono.

Sin tiempo casi para la celebración balcánica, menos de dos minutos después, llegó el tanto del empate de Marruecos. También a balón parado, también con la participación de Majer, que alteró con la cabeza el envío lateral de Ziyech. El balón perdió su rumbo y solo Dari fue capaz de descifrarlo para rematar de cabeza en el área, libre de cualquier marca.

El partido cogió vuelo durante el resto de primera mitad, con ocasiones alternas de ambas selecciones, hasta que Orsic adelantó a los croatas a tres minutos del descanso, marcando el que acabaría siendo el gol definitivo del partido. Escorado en la parcela izquierda del área, tras una jugada de mucho movimiento, observó a Bono demasiado cerca de su primer palo y optó por resolver con una preciosa parábola que golpeó en el poste más lejano a la acción para después colarse en la portería.

Muchas lesiones

El ritmo garboso del encuentro quedó cercenado durante la segunda mitad por el carrusel de lesiones. El Yamiq y Dari cayeron por Marruecos, tercer y cuatro central lesionados ya, y Kramaric lo hizo por el bando europeo. A los africanos también les empezaron a desquiciar algunas decisiones arbitrales, como tímidos cánticos de "¡FIFA mafia!" desde las gradas. Pero el único error grosero del colegiado qatarí fue no ver un claro penalti de Amrabat a Gvardiol.

Tampoco el VAR le sacó de su equivocación, así que Marruecos permaneció con la esperanza de prolongar el partido hasta el minuto final. En él, En-Nesyri gozó de una clara ocasión en un cabezazo que acabó con el balón reposado sobre la red de Livakovic, tras desaprovechar también un disparo franco unos minutos antes. Croacia ganó y lo celebró como se celebran los éxitos, con el banquillo corriendo hacia los titulares para abrazarles tan pronto como llegó el pitido final. Hasta aquí llegaron ambos en este Mundial de Qatar. Nada mal.