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Chulilla reabre en diciembre el puente saboteado hace dos meses

El ayuntamiento ultima la reparación de la pasarela colgante, que permanece cerrada desde septiembre

Uno de los puentes colgantes de Chulilla cuya senda discurre por el cañón. fernando bustamante

Si el lector ha decido recientemente disfrutar de un paseo con vistas por una de las rutas más solicitadas de la Comunitat Valenciana, la de Chulilla por el Túria, habrá tenido que improvisar un plan alternativo al comprobar que, en la primera pasarela que atraviesa el río por el cañón, un cartel avisa del estado de la ruta: «Puente cerrado por mantenimiento».

Ese anuncio desaparecerá en la próxima semana y las valla de obra que impide el paso (o al menos, lo intenta, ya que muchos acaban colándose) también será retirada. La ruta senderista de Los Pantaneros reabrirá el próximo puente de diciembre, tal como ha avanzado el alcalde, Vicente Polo. El Ayuntamiento de Chulilla ultima la reparación de la pasarela colgante que incluye la ruta y que sufrió un sabotaje en septiembre. Dos meses después, las reparaciones están próximas a concluir y la ruta a través del cañón podrá ser reabierta en uno de los fines de semana con más actividad turística del año, en un enclave que durante la temporada alta aglutina a más de 1.000 visitantes durante los fines de semana.

El consistorio tuvo conocimiento del sabotaje sobre el puente que cuelga a más de 15 metros del río cuando los técnicos de mantenimiento del municipio que supervisan el transcurso de la ruta se percataron de que uno de los cables que sostiene el viaducto estaba visiblemente afectado, el viernes 30 de agosto. Al parecer, alguien trató de cortar el cable con un serrucho o una herramienta similar, aunque finalmente no culminó su propósito. A raíz del acto, el puente quedó seriamente dañado, aunque no destrozado. Por precaución, el consistorio de Chulilla, que dirige Polo, decidió cerrar el paso a los turistas.

Se trata del primero de todos los puentes del itinerario turístico, por lo que es posible disfrutar de la extensa ruta que sigue el cauce del río a través de sus verticales paredes de roca. Según informó el alcalde en septiembre, las reparaciones debían demorarse durante un plazo de 15 o 20 días - el tiempo que estarían cerrados los puentes-, pero la realidad de la orografía y el complicado acceso ha impedido que las obras puedan acometerse en tan breve espacio de tiempo. Dos meses después, el trazado se reabrirá el paso.

La integridad del puente «no corrió peligro», recalcó entonces el alcalde, aunque se decidió cortar el paso ante la posibilidad de que se pudieran resentir los anclajes en momentos en los que se acumulaban varias personas en los viaductos, como suele suceder los fines de semana. Para disuadir a las personas de cruzarlo, una valla impide el paso antes de las escaleras que descienden al primer puente; otra valla está situada en la entrada del viaducto y otro a la salida. Pese a todo, escaladores y visitantes sortean estos cercados desafiando las advertencias.

La única opción para disfrutar de la ruta es empezarla por el final: en lugar de hacerla desde Chulilla, la entrada tradicional, puede comenzarse desde el pantano de Loriguilla para recorrer la mayor parte del itinerario hasta el puente cerrado que, en ese caso, es el último.

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